El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha sido este lunes la voz cantante del evento organizado por Fundación ‘la Caixa’, ‘Situación y perspectivas de las economías española y europea’, ha postulado las principales claves del crecimiento económico de España siguiendo la senda europea, junto con el contexto del tablero internacional, la irrupción por segunda vez de Donald Trump al mando del Gobierno de Estados Unidos y sus efectos colaterales sobre la economía mundial.
El primer gran factor de incertidumbre que presenta el escenario geopolítico actual, según Escrivá, “viene de la nueva Estados Unidos”, situando los niveles actuales como “los más altos desde 1997, más altos que del covid o la guerra de Ucrania o la crisis financiera internacional”, todo ello de la mano del mandato de Donald Trump y las medidas que ha acometido desde su toma de posesión, así como las consecuencias colaterales que se están dando en el tablero europeo.
Entre los elementos que configuran esta situación, destacó la política arancelaria: “Genera una cadena de reacciones y represalias que cambian, de forma rotunda, la forma en la que se desenvuelve el comercio en los próximos años”. También advirtió del riesgo de una “segmentación y un posible retroceso de globalización”.
Como segundo punto, enumeró la política cambiaría, apuntando que “los mercados anticiparon un momento de dólar fuerte y desempeño económico fuerte de Estados Unidos”. Asimismo, desde el ámbito regulatorio, ha añadido que “el número de instrumentos normativos es de una densidad extraordinaria”, incluyendo órdenes ejecutivas en sistemas de pagos, tecnología, cambio climático o sector bancario.
Impacto fiscal del gasto en Defensa y ventajas europeas
A renglón seguido, a entrado en materia de Defensa, indicando que “se ha aplicado la regla de escape de normas fiscales europeas para que los países puedan extender, sin computar en el control de gasto y en términos de PIB, hasta 1,5 punto de gasto en Defensa”, añadiendo, como ejemplo, que “Alemania lo ha dinamitado por diez años”.
El gobernador explicó que esta tendencia, conjugada con los planes fiscales europeos, tiene su reflejo en los mercados: “La cotización de tipos de interés de bonos soberanos a diez años es coherente por parte de los gobiernos europeos” y que los sectores ligados a Defensa “han incrementado su valor en la cotización bursátil desde la toma de posesión de Donald Trump”.
Ante este escenario, los retos son “notables, pero difíciles de concretar”. Pese a ello, la ventana de oportunidad está abierta y presente para “acelerar procesos pendientes e identificados”, como completar y perfeccionar el mercado único europeo. Situándolo como ejemplo, en crisis mundiales previas como bien fueron la pandemia o la guerra de Ucrania, unía en conjunto “la lucha contra perturbaciones que antes nos separaban”.
El gobernador del Banco de España ha apuntado a su vez que existe «margen para simplificar y eliminar incertidumbres” y que el entorno actual permite hacerlo sin comprometer la diferencia regulatoria europea. «No creo que en Estados Unidos haya entidades bancarias que estén muy convencidas de lo que está pasando”, ha considerado en cuanto a los efectos de los mandatos de Trump.
Como último punto sobre esta cuestión, ha mencionado que el euro digital es parte del fortalecimiento de los sistemas de pagos mayoristas: “Hay que reivindicarlo y reforzarlo”.
Previsiones económicas del área euro
De acuerdo a las previsiones que están sobre la mesa en el cómputo general de Europa, Escrivá ha reiterado que “la inflación se mantiene estable”, pero a su vez “los crecimientos están a la baja”. A su juicio, los factores que empujan a la baja son “la escalada de tensiones comerciales, tensiones geopolíticas, política monetaria más restrictiva y menor crecimiento de la productividad”.
Por el contrario, entre los factores al alza identificó “mayor crecimiento salarial y persistencia de la inflación, disrupción de cadenas globales de valor, crisis climática que aumenta el precio de los alimentos y política fiscal expansiva en defensa”.
La economía «robusta» de España
En cuanto al plano concreto de cómo se encuentra la salud económica de nuestro país, Escrivá ha venido defendiendo que España tiene «un crecimiento muy robusto”, destacando a su vez que para el 2025 las previsiones para España apuntan a «un crecimiento del 2,7%, mientras la zona euro del 0,9%”.
El reto esencial es “desentrañar cuánto de esto es coyuntural y cuánto estructural”. Como ejemplo, ha comparado el momento actual con la década de los 2000: “Entonces, casi todo era demanda, no costaba encontrar nada; esta vez hay elementos que nos hacen ser más optimistas”.
Asimismo, ha enumerado tres elementos del “mundo postcovid” que benefician a España. En primer lugar, los precios energéticos: “Los costes eléctricos son un 30% menores de lo que eran en el pasado” y “España tiene ventajas comparativas que estamos explotando”. Le siguen, los servicios no turísticos: “Los sectores más dinámicos son informática, comunicaciones y otros en los que España nunca ha tenido tanto empleo”, ha enumerado, siendo éste un cambio de patrón frente a la hostelería y el comercio. Y, como tercer pilar, el auge del trabajo remoto: “Tenemos una posición competitiva, en comparaciones internacionales salimos muy bien”, sumado a “condiciones de vida atractivas” para hacer proliferar este modelo.
En materia inflacionaria, Escrivá señaló que “cuando España está creciendo, su inflación va muy en línea” con la eurozona. En relación a los precios de los alimentos, explicó que “cuando se quita el efecto composición, tenemos una inflación de alimentos exactamente igual”.
Respecto al impacto geopolítico, advirtió que “no estamos aislados”, pero que “si la cuestión es comercial, para España será menos que el conjunto de la zona euro”: “España tiene exportaciones del 2,2% del PIB, mientras que la zona euro está en un 4,7%”, ha ejemplificado con datos.
Los riesgos, latentes pero maleables
Como últimos puntos del evento de ‘la Caixa’, Escrivá ha enfatizado en que los riesgos siguen presentes con la imperante necesidad de abordar transformaciones profundas: “Somos una economía de productividad baja”, por lo que el reto es percibir si es o no estructural y se pueden acometer cambios sustenciales en el horizonte próximo.
Uno de los factores claves al respecto radica en la “calidad institucional”, señalando la importancia de impulsar «leyes más simples y agencias independientes más potentes”. En el ámbito fiscal, ha reclamado planificación: “Sobre el nuevo reglamento europeo también para planificar mejor las cuentas públicas, seleccionar proyectos para expandir nuestro crecimiento”. Asimismo, sobre uno de los problemas más acuciados actualmente, la vivienda, ha augurado que podría convertirse en «un cuello de botella en el mercado de trabajo”, por lo que ha abogado por “abordarlo con rotundidad” y con soluciones “no de corto plazo”.
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