El Gobierno está inmerso en hacer pedagogía sobre el plan de rearme de la UE que compromete a acelerar el gasto en defensa y en tratar de condicionarlo para suavizar su impacto en las arcas públicas. La oposición de los socios parlamentarios y dentro de la propia coalición de Gobierno por parte de los ministros de Sumar ha llevado a Pedro Sánchez a moderar posiciones, rechazando incluso el propio término de “rearme”, pero también a borrar de la agenda el envío de tropas a Ucrania discutido en varias reuniones auspiciadas por Francia y Reino Unido. Todas con la participación de España.
Tanto Moncloa como los ministerios de Exteriores y Defensa frenan este debate, cuando no lo borran directamente, alegando que es prematuro y ni siquiera se dan las condiciones. Para justificarlo, fuentes del Gobierno aducen que no está concretado ningún plan y que un despliegue en misión de paz sin estar bajo la bandera de la OTAN -lo que Rusia rechazaría de plano- llevaría meses prepararlo, con cuestiones conflictivas como el establecimiento de un mando único.
Aun con consenso y una hoja de ruta clara, de la que se carecería ahora mismo, el tiempo necesario para organizar militarmente la misión de paz sería considerable. Con todo, las mismas fuentes del Gobierno explican que ahora mismo solo franceses y británicos han anticipado su adhesión a este eventual escenario. Según reconocen, poniendo en el foco en “dificultades” que impedirían una rápida preparación de la misión, las discusiones hasta el momento entre lo que se ha denominado ‘coalición de voluntarios’ tendrían más el objetivo de enviar mensajes de “disuasión” a Rusia. Este mismo jueves se celebrará otro encuentro en París, convocado por el presidente galo Enmanuel Macron, al que acudirá el presidente del Gobierno.
Entre los partidos que se interesaron por el papel de España en un hipotético envío de tropas a Ucrania durante su ronda de contactos en Moncloa con Pedro Sánchez coinciden en que se les trasmitió que este plan no está nada maduro. Desde formaciones como Podemos muestran un rechazo todavía más impetuoso que al incremento del gasto en defensa, al considerar que pondría a España como objetivo de Rusia. Otras formaciones asumen que si países como Francia dan el paso, el Gobierno deberá entrar igualmente en la ecuación.
De materializarse un envío de tropas, se requeriría de la autorización del Congreso, a no ser que se produzca bajo el improbable paraguas de la OTAN. Un aval parlamentario que bebe de una reforma en la ley de defensa nacional impulsada por los socialistas en 2005, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, en respuesta a la decisión del Gobierno de Aznar de enviar tropas a Irak sin pasar por el Congreso.
Necesario apoyo del PP
La norma establece que “para ordenar operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional, el Gobierno realizará una consulta previa y recabará la autorización del Congreso de los Diputados”, pero como excepción permite hacerla a posteriori “cuando por razones de máxima urgencia no fuera posible”.
El Gobierno se quedaría en manos del PP para obtener los apoyos parlamentarios de darse el escenario sobre el envío de tropas. Algo que se intenta evitar para no visualizar una ruptura con los socios es una cuestión trascendental. Sin embargo, tradicionalmente, el aumento del gasto en defensa, comprometido en la cumbre de la OTAN de 2014 por Rajoy y ratificado por Sánchez en la de 2022, es algo que une a los dos grandes partidos y genera fricciones de los socialistas con el arco progresista.
Debate sobre el estado de la nación
Ya en 2022, en el marco del debate sobre el estado de la nación, el PSOE pactó con el PP una resolución en este sentido que fue rechazada por sus entonces socios de coalición, Unidas Podemos. A iniciativa de los populares y tras transaccionar enmiendas, sumaron sus votos a favor de impulsar “un escenario de incremento presupuestario de defensa para lograr el objetivo del 2% del PIB fijado en la Cumbre de Gales de 2014, que permita modernizar y mejorar las capacidades militares de nuestras Fuerzas Armadas, a la vez que posibilita el fortalecimiento de la Base Tecnológica e Industrial de Defensa favoreciendo el crecimiento económico y la creación de empleo altamente cualificado”.
En la misma resolución, sin carácter vinculante pero simbólica al visibilizar el entendimiento entre PP y PSOE en este asunto, se apostaba por “promover una mejora de las condiciones laborales de todo el personal profesional de las Fuerzas Armadas” o por “apoyar e impulsar en todas sus dimensiones el nuevo concepto estratégico aprobado en la Cumbre de la OTAN”. Precisamente, este lunes Alberto Núñez Feijóo ha conminado a Pedro Sánchez a convocar un debate sobre el estado de la nación, aunque “para retratar la soledad de un Gobierno que ya no es tal y la soledad de un presidente zombi”.
El debate sobre el estado de la nación lleva sin celebrarse desde julio de 2022 por el contexto electoral de las generales, primero, y de las europeas, después. Con un 2025 sin comicios en el horizonte, fuentes de Moncloa no descartan que se celebre al final del actual periodo de sesiones, antes de verano.
