Seyran se ha encontrado con Ferit en un lugar apartado para hablar de algo que la preocupa mucho: Suna y Abidin. Aunque su matrimonio está en la cuerda floja, ella no puede dejar de pensar en su hermana, lo que ha enfadado más a Ferit.
Antes de entrar en la conversación, Seyran ha intentado suavizar el momento y ha reconocido que su padre actuó sin piedad. «Siento lo de ayer», le ha dicho, refiriéndose a la bofetada que le dio delante de toda la familia. Pero Ferit no ha querido hablar de eso. Lo único que esperaba de ella era una señal, una oportunidad para arreglar las cosas.
Seyran no ve ninguna reconciliación posible. Sabe que su matrimonio está peor que nunca y su prioridad sigue siendo su hermana. Ferit, al escuchar esto, ha estallado. «Deberías pensar en nosotros. Ya casi se ha terminado lo nuestro,» le ha gritado.
La actitud fría de Seyran ha sido el golpe definitivo. «Se acabó todo entre nosotros», ha asegurado, dejando claro que ya no hay vuelta atrás. Ferit, en ese momento, ha intentado hacerla reaccionar: «Por una vez, preocúpate más por ti que por ella. Por mí que por tu familia.» Pero Seyran no ha cambiado de postura.
Cuando ella le ha dicho que su hermana es la única persona en la que confía, Ferit se ha sentido traicionado. «Ya tenías a la persona en la que podías confiar: yo,» le ha respondido, dolido.
Pero al ver que Seyran sigue firme en su decisión, ha tomado la suya. Más enfadado que nunca, ha dicho sin dudarlo: «Se acabó todo entre nosotros».