Decenas de miles de personas salieron a la calle este domingo en toda Turquía después de que el alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, el principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan, fuese enviado a prisión preventiva acusado de corrupción. Las protestas, las mayores en el país desde hace una década, se intensificaron respecto a las jornadas anteriores y la Policía lanzó gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes.
Tras 22 años en el poder, la oposición contra Erdogan se agudiza. También este domingo, una masiva votación simbólica refrendó a Imamoglu como líder de su partido, el CHP (Partido Republicano del Pueblo), y candidato a las próximas elecciones presidenciales, que se prevén para 2028. El jefe de la formación, Özgür Özel, aseguró que votó el 92% de los 1,7 millones de afiliados y que se recogieron más de 13 millones de votos solidarios, sumando casi 15 millones de papeletas en un país con 50 millones de votantes registrados.
Imamoglu, de 54 años, alcalde de Estambul desde 2019, fue detenido el miércoles y acusado en dos causas, una por corrupción, sobornos y manipulación de licitaciones municipales, y la otra por colaboración con una organización terrorista, en referencia al PKK, la guerrilla kurda turca, con la que el Gobierno ha iniciado negociaciones. El alcalde niega ambas acusaciones, asegurando que se basan en testigos cuya identidad la Fiscalía mantiene en secreto, y que se trata de una instrumentalización de la Justicia para impedirle competir contra Erdogan en las próximas elecciones presidenciales. Hay otras 90 personas investigadas en la misma causa.
Ora imagen de las protestas en Turquía.
Reuters
Una multitud se congregó cerca del ayuntamiento de Estambul al anochecer del domingo por quinta jornada consecutiva. Los manifestantes portaban banderas turcas y coreaban consignas frente a una fila de policías antidisturbios. Los agentes terminaron disparando cañones de agua y utilizando gas pimienta. La esposa de Imamoglu, Dilek Kaya Imamoglu, se dirigió a los presentes y les dijo que la «injusticia» que ha sufrido su esposo ha «tocado la fibra sensible de todas las conciencias».
La oposición turca ha prometido que habrá movilizaciones diarias hasta que Imamoglu sea puesto en libertad. «A partir de mañana nos reuniremos a las 20.30 horas (17.30 GMT), tanto aquí en Estambul como en toda Turquía, en las plazas que se anuncien», proclamó Özgür Özel. «Tras consultar con los demás partidos y grupos, designaremos una plaza, ya sea Saraçhane, ya sea otra mayor, nos congregaremos y no pararemos hasta que no nos devuelvan a nuestro candidato presidencial«.
Un manifestante extiende una bandera turca frente a la Policía.
Reuters
Tras el fallo judicial se filtraron unas imágenes de Imamoglu siendo trasladado a la prisión de Silivri. El Gobierno turco niega que el proceso tenga motivaciones políticas, pero el hasta ahora alcalde de Estambul -el Ministerio del Interior lo ha suspendido de su cargo de forma temporal- ha calificado los cargos de «calumnias inimaginables». «Pararemos todos juntos este golpe, esta oscura mancha en nuestra democracia», dijo este domingo en sus redes sociales, según recoge la agencia Reuters.
En total, se registraron protestas en al menos 55 de las 81 provincias de Turquía, según la agencia AFP. El Gobierno extendió el sábado la prohibición de reuniones callejeras por cuatro días más, pero la decisión no sirvió de disuasión para frenar a los manifestantes. En las principales ciudades del país se registraron algunos choques con la Policía y continuaron las detenciones, aunque en su mayor parte fueron pacíficas.
Manifestación en Estambul.
Reuters
El número de participantes en las multitudinarias manifestaciones ha ido creciendo día a día, superando ampliamente los 50.000 el sábado y probablemente rebasando los 100.000 el domingo, pese a las amplias prohibiciones de protestas y marchas impuestas por las autoridades. También hubo concentraciones en otras zonas del país, especialmente en Esmirna y en Ankara, donde la policía volvió a dispersar a los manifestantes con cargas de gas lacrimógeno, según informa la cadena turca NTV.
En su discurso ante la multitud, Özel llamó también a los votantes del AKP y de su aliado, el ultranacionalista MHP, a adherirse a las protestas, subrayando el desastre económico desencadenado por la detención de Imamoglu, con un desplome de la Bolsa de Estambul y la necesidad del Banco Central de vender divisas para estabilizar la lira. Aunque no hay confirmación oficial de la dimensión de las pérdidas, el jefe de los socialdemócratas aseguró que en solo tres días el Banco tuvo que gastar 26.000 millones de dólares para evitar el hundimiento de la moneda nacional.