Épico Mestalla. La Selección Española consiguió el billete para la ‘final four’ de la Nations League en un partido contra Países Bajos para la historia. Los de Luis de la Fuente tumbaron a la ‘oranje’ en una agónica tanda de penaltis después del empate (3-3) en los 120 minutos reglamentarios. Pedri anotó el lanzamiento ganador. Antes marcaron Mikel Merino, Ferran Torres, Aleix García y Álex Baena y falló Lamine. La campeona de Europa se puso por delante tres veces con doblete de Oyarzabal y golazo de Yamal, pero los de Ronald Koeman empataron siempre con polémica incluida por el riguroso penalti de Le Normand a Memphis.
Mestalla impone a cualquiera. También a un campeón de Europa y finalista mundial como la selección holandesa. El ambiente fue abrumador desde el primer minutos. Igual de arrollador que el arranque del partido de España. La Roja solo necesitó cinco minutos para adelantarse en el marcador por un claro y evitable penalti de Van Hecke sobre Oyarzabal que el propio delantero de la Real Sociedad transformó desde los once metros. Imparable para Verbruggen. Su octavo en la ‘era De la Fuente’.
Y pudieron ser nueve, pero el árbitro anuló el segundo tanto del donostiarra por un ajustado fuera de juego. La asistencia de Lamine Yamal llegó décimas de segundo tarde. España estaba desatada. Hasta Huijsen se descolgó en ataque para cruzarse medio campo con la cabeza arriba, filtrar un pase interior propio de un mediapunta y dejar a Nico Williams solo en el mano a mano con Verbruggen. El portero neerlandés, el mejor de la primera parte, evitó el 2-0 con una gran parada. También se sumó a la fiesta Le Normand de cabeza. Países Bajos no dio señales de vida hasta los disparos lejanos de Kluivert y Geertuida. Los de Koeman recuperaron el balón tras el vendaval español inicial, pero siempre sin peligro ni control. Unai Simón, al contrario que Verbruggen, no necesitó intervenir. España se marchó al descanso con ventaja y lo más importante, sin apuros. Zubimendi y Fabián no estaban finos, como casi nadie en la Roja, pero vivían cómodos por dentro: la mejor señal posible.
La segunda mitad arrancó eléctrica con ocasión desperdiciada de Dani Olmo y el primer aviso serio de Países Bajos. Por suerte, Unai Simón se hizo grande en el mano a mano con Kluivert. La polémica llegó en el minuto 53 cuando el árbitro castigó como penalti un forcejeo de Le Normand y Memphis dentro del área. El ahora delantero de Corinthians aprovechó el regalo del árbitro de campo y del VAR. El empate hizo daño. Frimpong y Memphis por primera vez metían miedo. El balón cada vez le duraba menos a la Roja, que ya solo era capaz de generar peligro con acciones individuales de Lamine y Nico.
De las botas de los dos extremos llegó la jugada del segundo gol justo en la fase de mayores dudas de España. Oyarzabal falló el primer intento de vaselina ante Vergbruggen, pero marcó de cabeza en el rechace para subir el 2-1 al marcador. Doblete del vasco y triple sustitución de Koeman en busca de una reacción que llegó de inmediato gracias a una mala entrega de Dani Olmo en la salida de balón con pase magistral de Simons desde la frontal y definición perfecta de Maatsen. 2-2 y vuelta a empezar. De la Fuente tiró de banquillo en busca de soluciones con Mikel Merino y Pedri. Memphis, Nico y Lamine tuvieron el gol del triunfo en sus botas. Los tres sin suerte. La prórroga esperaba.
No le tembló el pulso a la joven selección de De la Fuente. España dio un paso adelante en el tiempo extra y buscó con más ahínco que su rival el gol de la victoria. Esa valentía tuvo recompensa con un pase largo medido de Huijsen y una obra maestra de Lamine con la selección. Una más. El ’19’ marcó la diferencia con un control maravilloso con el exterior, uno de sus amagos característicos y un zurdado al palo largo imposible para Verbruggen. Digno de genio. Nico tuvo la oportunidad de sentenciar el partido antes del descanso, pero Van Hecke sacó el balón in extremis con el portero ya batido. España perdonó y lo pagó caro con otro penalti en contra. Esta vez de Unai Simón por una derribo a Xavi Simons. 3-3. Quedaba lo mejor: los penaltis. El gol de Pedri y la épica de Mestalla.