Entre los cánticos de MrBrightside y el ya mítico Sweet Caroline, la UFC regresó a tierras inglesas por todo lo grande. El O2 Arena era una fiesta que se preparaba para recibir con los brazos abiertos el regreso de uno de los suyos, Leon Edwards, que prometía redención. Por desgracia, el respetable vio de nuevo su versión menos ‘Rocky’, la misma que exhibió en julio ante Belal y que le hizo perder el cinturón del peso wélter. Sean Brady, un experimentado grappler, venció con un ‘Game Plan’ de dominio en el suelo y anuló las habilidades en el striking del de Kingston, que se aleja totalmente de una reválida por el título.
Otra vez cruz para ‘Rocky’
Brady salió con una idea clara: llevarse el combate a su terreno, a ras de lona, poniéndole una marcha menos al striking de Leon, uno de los mejores de toda la categoría. Pese a los abucheos del público, el estadounidense siguió con su guion y, tras acabar el primer asalto en el suelo, se fue directo al derribo en la reanudación. Su plan iba sobre ruedas. Se encontraba enganchado completamente a la espalda de ‘Rocky’, que nos volvía a recordar esa versión derrotista y con la mirada perdida ante la adversidad. Los «Let’s go, Leon» comenzaban a entonarse entre los aficionados, preocupados por la versión pobre que mostraba su pupilo. El de Philadelphia, claro vencedor tras los dos primeros rounds. Misma tónica en el tercero, aunque Sean Brady pudo incluso encajar una sumisión que no cuajó. La cosa iba de mal en peor para el chico de origen jamaicano, completamente anulado. El rostro de Leon avisaba que volvía a no ser su noche… y lo peor estaba por venir. Brady encajó sus brazos por debajo de la barbilla, encontró el cuello y firmó la victoria por guillotina. Edwards palmeó y el pabellón fue inundado por el silencio. Su ídolo había vuelto a caer. Brady, que partía como el número 5 en el ránking, vence al primero de la lista y da un golpe sobre la mesa en las 170 libras.
Ulberg derrota al excampeón polaco
En el coestelar de la noche, Ulberg fue ligeramente mejor y sumó su sexto triunfo consecutivo en el peso semipesado ante todo un Błachowicz. Ambos tantearon terreno en los primeros compases. El excampeón era quien buscaba coger las riendas en el centro de la jaula, aunque las patadas bajas de su rival lo obligaban a alejarse. Poca acción notable. Se tenían mucho respeto en el striking y sabían que en cualquier momento podían caer. Hubo más hostilidades en el segundo; el neozelandés conectó un buen directo y Błachowicz esperaba paciente al contrataque, donde encontró los jabs como su herramienta de salida. La pelea cogió ritmo a medida que pasaban los minutos. Ante la igualdad del pleito, lo mejor sucedió en los últimos instantes. Tanto Carlos como Jan vaciaron todo su arsenal y llegaron las manos más pesadas, aunque ninguna lo suficientemente potente como para derribar al monstruo que tenían delante. Todos los jueces vieron ganador a Ulberg.
Dos veteranos de la compañía, Gunnar Nelson y Kevin Holland, le pusieron la salsa a la cartelera titular. En un combate de auténticos ‘perros’, los dos púgiles estuvieron pegados, bailando a lo largo de los tres asaltos. En el primero, el estadounidense se agarró al brazo del islandés como si de un koala se tratase. En el último, Gunnar estuvo a pocos segundos de finalizarlo por triángulo de brazo, aunque Holland supo salir indemne. Fue un lujo para el espectador neutral. Kevin se adjudicó el triunfo por decisión unánime.
Adiós a Molly McCann
No fue la noche para una de las estrellas locales más aclamadas por el público, Molly McCann, compañera de gimnasio de Paddy Pimblett, quien fue rápidamente derrotada por mataleón en el primer asalto por Istela Nunes. La brasileña se llevó a la ‘scouser’ al fango y le salió de maravilla. En control total, Nunes fue transicionando paulatinamente hacia la espalda de su rival. McCann, con el rostro completamente rojo, pudo salir del primer intento. Del segundo no hubo escapatoria y sacó la bandera blanca. Acto seguido, anunció su retiro, y el respetable respondió con unos más que merecidos aplausos para una auténtica guerrera. «Up the Toffees», dijo al acabar la entrevista, como no podía ser de otra manera en referencia a su querido Everton.
McCann anunció su retirada / UFC
Unos minutos antes, el escocés Chris Duncan había conseguido clavarle la guillotina a Jordan Vucenic en otro duelo entre británicos de este UFC Londres, con banderas por doquier en las gradas. Era de esperar de un compañero de entrenamiento de Dustin Poirier.
Kutatelatdze no comparece y Kavanagh brilla bajo los focos
La cartelera de este UFC Londres la abrió uno de los ‘nuestros’, Guram Kutateladze, mano derecha de los Topuria y uno más del Climent Club, aunque cayó claramente ante Kaue Fernandes. El ‘Vikingo Georgiano’ lució mal y sin ideas. Ya desde el inicio, la estrategia de Guram de tomar el centro de la jaula resultó un completo error. Sin soltar golpes ni proponer en ataque, el georgiano recibió prácticamente todas las manos de poder. Primero, una patada alta que lo hizo retroceder; después, un crochet de izquierda que lo tumbó. A lo largo del combate acabaría besando el suelo hasta en dos ocasiones por unas ‘calf kicks’ infernales. Ni Ilia ni Topuria lo veían claro desde su esquina. Fernandes estuvo a punto de finalizarlo en la reanudación, pero el georgiano se aferró a la vida como pudo. Se había convertido en una prueba de supervivencia y tan solo un golpe de gracia iba a salvar a Kutateladze. Su alma de guerrero salió (al fin) a relucir en el último asalto. Las primeras combinaciones sobre el brasileño llegaban, pero sin demasiada continuidad. Era necesario mucho, muchísimo más para sorprender a Kaue, que no vio peligrar la situación en ningún momento y aceptaba el intercambio. El milagro final no llegó y ‘nuestro’ Guram, con la nariz ensangrentada, cayó por decisión unánime. Cabizbajo y triste, Guram enfiló vestuarios acompañado por sus fieles amigos y escuderos, Aleks e Ilia, quienes se habían trasladado hasta la capital inglesa para apoyar y aconsejar a su compatriota. Khamzat Chimaev completó el elenco de estrellas en la esquina, pero ni con esas.
Los pleitos entre pesos mosca fuera del ranking nunca (repito, nunca) decepcionan. En este caso, fueron Felipe dos Santos y Lone’er Kavanagh quienes nos brindaron quince minutos de violencia sin descanso en la mejor pelea de la cartelera preliminar. La joya inglesa, que recordemos representa a China sobre el octágono, acabó con una brecha en la frente en el primer asalto. Recibió golpes de poder e incluso un codazo giratorio por parte de Dos Santos, aunque Kavanagh cambió la dinámica por completo en el segundo. Lone’er se fue a la guerra y estuvo casi dos minutos dominando al brasileño en la posición de montada, soltando todo tipo de golpes. Su rostro era todo rojo e incluso vaciló, cabeceando algunos de los contraataques desde el suelo de Felipe. Un showman que encendió al respetable. La cosa se fue empatada al tercero. Kavanagh, con una herida considerable en la cabeza que le hacía brotar sangre sin cesar, supo escoger bien los tiempos de la pelea y llevarla a su terreno. Tras tantear arriba, unos minutos de control sobre la lona le valieron para darle la razón a los jueces. En dos de los tres asaltos había sido el más activo y agresivo. El inglés salió con el brazo en alto y la grada enloqueció. Este chico tiene talento de sobras para hacer ruido en al división de las 125 libras
Tybura se lleva el combate de ‘peces gordos’
En la que fue la primera batalla de pesos pesados de la noche, Marcin Tybura consiguió encontrar el camino hacia la victoria y quitarle el invicto a Mitch Parkin. El inglés, aupado por todo el pabellón, estuvo cerca de acabar la pelea en el segundo asalto con golpes de martillo vía ground and pound, aunque el polaco se resistió. El último acto fue de esos que enganchan. Sin cardio por ambas partes, cualquier directo podía ser definitivo. El cabeceo era inexistente y la defensa, de cristal. El polaco fue quien convenció más. Por poco, pero el primer y tercer asalto llevaban su firma.