«Con Javi Muñoz habrá acuerdo para que llegue una renovación. Con Mika Mármol y Alberto Moleiro ya veremos». Esa frase pertenece a Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD, y la pronunció el pasado 18 de diciembre, cuando hizo balance del año de la empresa que dirige y contestó a las cuestiones que se le fueron lanzando. Una de las que más inquietud siembran, como no podía ser de otra forma, recae en los movimientos de activos que controla.
En uno de los últimos actos que tuvo lugar en 2024, la sensación era totalmente distinta a la que se vive actualmente. Las Palmas iba viento en popa, con 16 puntos de los últimos 24 en disputa y con el Espanyol en el horizonte, rival al que también ganó y concluyó el calendario con un triunfo –sería el último del club–.
De esta forma, la buenaventura acompañaba a la UD y todo se veía con un color distinto al que pigmenta el entorno de la entidad insular tres meses después. La situación del equipo es la de ocupar la penúltima posición de la tabla clasificatoria y la incertidumbre sobre dónde competirá la próxima campaña inevitablemente condiciona las negociaciones futuras.
Si la de Javi Muñoz puede parecer más fácil de que llegue al mismo puerto al que apuntaba en diciembre, cuando la lucha por la permanencia parecía que había sido una cuestión momentánea por el rendimiento del equipo con Luis Carrión como técnico, las de Alberto Moleiro y Mika Mármol se pueden dar prácticamente por perdidas en el verano.
De conseguir el objetivo de continuar un año más en Primera División, seguramente Javi Muñoz estampe una ampliación de contrato. Algo totalmente distinto a los que ocurrirá con Alberto y Mika, que llegados al último año de contrato, saldrán vendidos para aprovechar el cártel que tienen dada su juventud.
La sombra de Arabia Saudí continúa sobre la figura de Moleiro, aunque las opciones de que prefiera un club puntero en Europa cobra mayor relevancia siempre que se superen los 10 millones de euros por su venta.
Cuestión distinta recae sobre la salida de Mármol. La agencia del catalán apretará por una salida a menor coste de lo que le llegó como oferta en la pasada ventana de invierno, donde la Unión Deportiva rechazó 10 millones sobre papel llegados de la Roma, de los cuales le iban a reportar cinco porque comparte el 50% de los derechos con el Barça.
Tampoco quiso abaratar la operación Las Palmas incluyendo en la operación al lateral sueco de la Roma, Samuel Dahl, que finalmente se marchó cedido al Benfica –jugó contra el Barça los dos partidos de octavos de la Champions League–.
Con este panorama se encuentra la dirección deportiva amarilla ante tres de sus piezas más importantes en la plantilla que dirige Diego Martínez, quien también está supeditado a poder continuar la próxima temporada en la Isla en caso de que consiga mantener al equipo en LaLiga EA Sports.
Herzog, activo de futuro
Con quien tendrá que andar fino en los despachos de Pío XII es con el contrato de Juanma Herzog, que expira este 30 de junio, pero con el que el club tiene una cláusula de ampliación por dos cursos más.
La confianza de la dirección deportiva con el central tinerfeño es máxima y lo entienden como un baluarte en la defensa de cara al futuro. Más aun con la relevancia que está teniendo por último, incluido su debut con la selección española sub-21 el pasado viernes.
Moleiro y Herzog comparten el mismo agente, por lo que las operaciones llevadas a buen puerto y que satisfagan a las dos partes pueden desengrasar cualquier escollo con el futuro de Juanma.
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