Ganaderos de Mondoñedo (Lugo) acogen con alivio las nuevas medidas para el control del lobo. Llevan muchos años perdiendo ganado y la desesperación les puede.
Este sábado mantuvieron un encuentro con responsables del PP y diputados que defendieron en el Congreso y el Senado que el lobo saliera del LESPRE y se pudieran tomar medidas de control de la población.
en busca del equilibrio
El diputado en el Congreso, Francisco Conde, explicó que se trata de «un éxito que esperamos se respete por parte del Partido Socialista y el Bloque Nacionalista Galego, y volvamos a esa situación de equilibrio entre la protección del lobo y el desarrollo de la actividad ganadera».
Para la presidenta provincial popular, Elena Candia, «a veces la política se convierte en ese instrumento útil» que ha servido para «dar un paso en ese equilibrio y frenar algo que estaba siendo francamente incomprensible y perjudicial para el sector ganadero, para la ganadería en extensivo, en definitiva para las personas que apuestan por vivir y trabajar en lugares como este».
Los ganaderos de la zona piensan que la decisión de sacar al lobo del listado de especies protegidas «llega demasiado tarde», pero al menos ahora sí se puede hacer algo y esperan que se haga porque el lobo está muy cerca de las casas. Una joven ganadera de Tronceda, Alba Recalde, lamenta que el lobo «ahora mismo está entrando en las cuadras, como bien se ve, y entonces te aburres y ya dices de tirar la toalla porque cansa».
Luis Carreiras tiene su ganadería en la Toxiza. Él perdió en los últimos tiempos 15 o 20 potros y afirma que «se te quitan las ganas de trabajar, no puedes tener nada». Tuvo cabras toda la vida, criándose fuera, durmiendo fuera, pero ya no tiene nada. «Era mucho mejor para ellas, criarse en extensivo y también para mantener el monte, no había incendios, hoy está todo abandonado, todo son silvas».
Ganaderos de Mondoñedo afectados por los ataques del lobo
«menos delito matar a un hombre»
Recuerda que toda la vida se convivió con el lobo, pero se controlaba, «se hizo toda la vida». Él apunta que hay que hacer «monterías, como se hacían antes, pero es que ahora es mejor matar a un hombre que matar a un lobo, tiene menos delito». Afirma que «no se pueden tener ni al pie de la casa cabras».
Alba lo confirma, ella tiene cabras recién paridas en casa y las saca fuera por la mañana pero las guarda por la noche porque no se fía. Y eso que las tiene al lado de casa. Cuenta que «ya me pasó alguna vez que las echas fuera y al otro día no tienes nada, lo único que puedes tener es unos cuernos y unas patas por allí, otra cosa no encuentras». Insiste en que ellos «no decimos que haya que matarlos (a los lobos) y acabar con la especie, nosotros lo que pedimos es que entiendan nuestra posición, nosotros lo que queremos es que nuestros animales tengan una tranquilidad y no te levantes por la mañana y digas a ver cuántas pérdidas tengo hoy, que es lo que está pasando ahora mismo».

Luis Carreiras y Alba Recalde, ganaderos
si los animales se acaban se acaba todo
Entre Luis y Alba explican que el otro día el lobo mató seis ovejas en el Couto, cerca del centro de Mondoñedo, «pero una cosa es que te mate un potro en el monte, una vez al mes, y otra cosa es que estés viendo potros todos los días muertos, desde mi punto de vista creo que es que ahora ya se fue de las manos, ahora mismo está demasiado extendido». A juicio de Alba, «a este paso se acabarán las rapas, se acabarán las San Lucas, se acabará todo porque si se acaban los animales creo que conlleva el resto», y añade Luis que además habrá incendios porque «son los animales los que limpian el monte».