Las fronteras submarinas al oeste de Galicia se ampliarán en 38.500 kilómetros cuadrados adicionales a los 78.000 ya obtenidos al norte, como parte del proceso de ampliación de su plataforma continental. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acaba de ratificarlo tras una larga reunión con los integrantes del proyecto de extensión de la Plataforma Continental celebrada en su sede de Nueva York el viernes, cuyo visto bueno final se obtendrá en agosto. España lograría así ensanchar su soberanía bajo la costa oeste peninsular en una superficie equivalente a más de dos veces Galicia.
La profundidad en la zona va desde los 800 metros hasta los 3.000 o más de 5.000 y la posibilidad de la obtención de recursos como gas o minerales es aún relativa, debido a la compleja accesibilidad y la rentabilidad asociada. El coordinador científico de la ampliación de la Plataforma Continental de Galicia, Luis Somoza, indicó: «Hemos asegurado una extensión de 38.500 km2 más allá de las 200 millas».
Cartografía de la zona
Pero la difícil geología de la zona en esa planicie abisal —más de 5.000 metros— requerirá de una cartografía más detallada. Por eso, el 27 de mayo el buque ‘Sarmiento de Gamboa’ partirá desde Vigo en una nueva campaña científica con el objetivo de documentar puntos al oeste y norte del Banco de Galicia y del monte submarino Fisterra, dos puntos señalados de ese mapa bajo el mar, según avanza el investigador. No es la primera vez que parten del puerto.
En octubre de 2023, a bordo del mismo buque oceanográfico y con «la última tecnología disponible», salió una expedición integrada por investigadores e investigadoras del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y de la Unidad de Tecnología Marina, así como del Instituto Español de Oceanografía, también del CSIC, y del Instituto Hidrográfico de la Marina Armada (IHM), que depende del Ministerio de Defensa. La misión era idéntica: hacer una completa ‘radiografía’ de ese océano profundo que, en parte, quedó lastrada por un temporal.
Se espera que agosto marque el hito del final de un proceso que arrancó hace unos 15 años y con el respaldo de más de cuatro campañas oceanográficas. Será una nueva reunión en la sede de la ONU para presentar esos datos definitivos que supongan el broche final.
La ampliación de estos límites busca «blindar su futura preservación y explotación». La nueva extensión permitirá a España explorar y explotar recursos naturales en estas áreas, incluyendo posibles sustancias de interés biofarmacéutico o minerales. Si en el futuro alguna firma persiguiera sustancias del fondo submarino, por ejemplo, esa patente sería del Estado. También una posible explotación de recursos tendría que solicitar el permiso pertinente al Gobierno español.
Sin ir más lejos, se trata de una zona próxima a donde se hundió el ‘Prestige’ y, también, donde durante décadas fueron depositadas toneladas de residuos nucleares de casi una decena de países europeos. La conocida como ‘fosa atlántica’ que engulló en sus casi 4.000 metros de profundidad aquella basura radiactiva.
Con la extensión de la soberanía sobre esa superficie ya no serían precisas heroicas maniobras como la gesta de aquellos marineros gallegos a bordo del ‘Xurelo’ que, en 1981 y 1982 y con ayuda de la organización Greenpeace, lograron evitar que el océano se convirtiera en un cementerio nuclear. Toda una hazaña.
La historia de la ampliación hasta llegar a este punto ha sido costosa en términos materiales y humanos. En 2009, España presentó la propuesta para anexionarse entre 45.000 y 50.000 kilómetros cuadrados al norte de Galicia, extendiendo sus límites submarinos más allá de las 200 millas náuticas (322 kilómetros). Ahora, la confirmación de la ONU amplía esta superficie en más kilómetros de los previstos, con la vista puesta en el ‘ok’ del verano.
La cronología de ganar millas
Cuando se apruebe la ampliación, habrán pasado unos 16 años desde el comienzo de los trámites. España logrará extender su soberanía tras haber registrado la propuesta de ampliación de la Plataforma Continental al Oeste del área de Galicia el 11 de mayo de 2009 ante Naciones Unidas. Diez años más tarde, en 2019 se constituyó la Subcomisión de la ONU para examinar dicha propuesta. Desde entonces y con una larga interrupción debido a la pandemia, el proceso requirió de al menos seis reuniones entre la Delegación de España y la Subcomisión para examinarla, según el profesor de investigación del IGME-CSIC y coordinador científico de la ampliación, Luis Somoza. España no es el único país en reclamar.
La ONU registró más de 60 solicitudes de distintos países. Los procesos se iniciaron a raíz de que en los años 80 la Convención de ONU sobre Derechos del Mar incluyera en su artículo 76 que los países ribereños tenían derecho a reclamar una ampliación de las 200 millas náuticas que corresponden desde su línea de costa como Zona Económica Exclusiva.
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