«La buena noticia es que el Papa ha recibido el alta médica», ha informado este sábado el jefe del equipo médico de Francisco, Sergio Alfieri. «Pero será un alta médica protegida”, ha añadido, en una rueda de prensa ofrecida desde el hospital Gemelli de Roma. «Eso significa que no podrá inmediatamente retomar todas sus actividades habituales», han agregado, al explicar que este periodo de convalecencia durará unos dos meses.
Ya en la mañana, El Vaticano había ofrecido noticias más positivas, al anunciar que el Papa tiene previsto asomarse el domingo desde su habitación en la décima planta del hospital Gemelli de Roma. «Francisco tiene la intención de asomarse desde el Policlínico Agostino Gemelli de Roma para un saludo y una bendición al final del Ángelus de mañana, que se distribuirá por escrito como en las semanas anteriores», comunicó la oficina de prensa de la Santa Sede.
El anuncio confirmaba así un rumor que había empezado a correr el viernes, después de que algunas personas, entre ellos algunos camarógrafos presentes en el hospital, había notado algunos movimientos en las ventanas de la habitación papal en la estructura sanitaria romana. Aún así, el Vaticano inicialmente no había querido confirmar esta posibilidad, como luego sí hizo.
Cuando Francisco reciba el alta médica, además, la gran incógnita es en qué actividades se podrá desempeñar Francisco y cuáles serán las terapias que tendrá que mantener.
Según lo dicho el viernes por el cardenal argentino Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y uno de sus colaboradores más cercanos, Francisco necesitará de «rehabilitación porque por mucho tiempo tuvo la oxigenación de altos flujos». «Eso te seca todo y uno tiene casi que volver a reaprender a hablar», dijo Fernández, preguntado por periodistas.
Aún así, según Fernández, es muy probable que el Papa también siga dando de qué hablar. Tras su alta, «empezará una nueva etapa en la que habrá sorpresas«, afirmó el purpurado argentino.