ANTIGUOS ESTADIOS DE FÚTBOL | Estadios con alma

Gregorio Benito junto a Morete en uno de los duelos de la UD y el Real Madrid, que siempre abarrotaban el Estadio Insular. / LP/DLP

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Ese anhelo por lo pretérito, plasmado por Jorge Manrique y en sus ‘Coplas a su padre’, lo podríamos trasladar a la perfección al universo balompédico. Hubo una época en el que el fútbol era un espectáculo reservado sólo para quienes podían pagar una entrada y no existía la irrupción de cientos de cámaras de televisión indiscretas en busca de lo que el ojo no ve. Décadas en la que los estadios de antaño formaban parte del paisaje urbano, atrapados en el corazón de las ciudades, que cada quince días alteraban el ritmo de la vida cotidiana. Los campos de antes eran cajas de zapatos en las que reverberaba el fútbol con una atmósfera histriónica irrepetible y donde los partidos protagonizaban épicas batallas.

Fuente