El Sporting de Lisboa confirmó el pasado jueves la venta de uno de sus activos que tiene a préstamo en la Isla, Dário Essugo. El mediocentro le va a repercutir a las arcas lisboetas 22 millones de euros a partir del 30 de junio. Fecha hasta que el luso pertenecerá a la Unión Deportiva y por tanto tendrá que emplearse a fondo en los diez partidos que le restan hasta el final de temporada. En todo ello, lidiando con un objeto primordial, conseguir la permanencia.
Una de las incógnitas que arrecian cuando se producen este tipo de circunstancias con los jugadores cedidos que llegan a un acuerdo con un tercer equipo recae en la implicación del mismo. Es decir, ahora la afición se preguntará si Essugo se cuidará en según qué circunstancias de la temporada para forzar o no su estado físico.
La honorabilidad y la profesionalidad de los deportistas siempre quedan fuera de duda en los partidos en disputa, pero cuestión distinta es la de estar con molestias físicas y poner en peligro una lesión si se tiene un contrato firmado con otro club.
Dudas en las diez finales
En este caso, a Essugo le queda por disipar esas cuestiones en las diez fechas que restan de campeonato e intentar volver a ser el mediocentro que maravilló en LaLiga y que por ello le llevó al Chelsea a desembolsar tal cantidad millonario por su fichaje.
Desde que anotó su primer gol en su carrera profesional, ante el Mallorca, su entrega ha ido bajando poco a poco
Todo ello después de que el luso esté atravesando un bajón en su rendimiento. Desde que anotó su primer gol como profesional en su carrera, ante el Mallorca, el brillo de Dário ha ido cayendo poco a poco en lo que va de campeonato.
La derrota frente al conjunto balear lastró por primera vez en el estado físico del luso. Tanto que se perdió el choque frente al Barcelona, aunque se llegara a pensar que era una estrategia para resguardarle de cara al siguiente duelo liguero, frente al Valladolid, al haber acumulado cuatro tarjetas amarillas y estar apercibido de sanción.
Essugo viajó a Barcelona, estuvo en el campo del Europa, pero se confirmó que no estaba en plenas condiciones físicas dado que ni llegó a calentar en el choque copero.
Buen fin de 2024
No falló a su vuelta contra el Pucela ni la Real Sociedad, pero ya con el Espanyol, en el que ha significado la última victoria insular, sufrió un golpe en el cuádriceps que le llevó al hospital y se terminó de aclarar que la indisposición estomacal que había sentido antes del descanso de ese choque no fue el motivo por el que no jugó la segunda parte.
Desde entonces la tarjeta de presentación de Essugo va ligada a la de un calvario. Vio la quinta amarilla contra el Getafe, lo que le hizo perderse la visita al Santiago Bernabéu. En lo que también se pudo entender como una estrategia para gastar la amonestación y no estar con el Real Madrid y lo que implicaba la visita al feudo blanco.
Essugo aplaude a la afición amarilla desplazada de Valladolid junto a Javi Muñoz / LOF
Sin embargo, el siguiente encuentro fue el primero en el que el portugués dejó la primera gran duda en su camino. Con una tarjeta amarilla ya en su haber, realizó una entrada temeraria que le costó la segunda amonestación y dejó al equipo con un hombre menos frente a Osasuna.
Sancionado tres partidos
Pero no se quedó ahí Dario, si no que además se calentó y aplaudió a Gil Manzano por su decisión, lo que le apartó los próximos tres partidos de juego por sanción.
Se perdió los partidos contra el Girona enMontilivi, ante el Villarreal en Siete Palmas y finalmente la visita a Mallorca. Regresó contra el Barça y cuajó un partido correcto. Se lució en un buen escenario y contra un buen rival, de los que se va a encontrar la próxima campaña cuando juegue en Stamford Bridge con el Chelsea.
Pero los dos siguientes encuentros han dejado muy expuestos al luso. Primero en el empate frente al colista Valladolid al regalar un balón a Anuar y brindarle la oportunidad de encarar a un McKenna en solitario y que le costó la expulsión al escocés y tener que competir una hora en inferioridad numérica en Zorilla.
Y segundo, frente al Real Betis, en el Villamarín, cuando cometió dos imprudencias en sendos resbalones y fue esta vez él el que volvió a ver una tarjeta roja por golpear a Isco. Segunda de la temporada y que le impidió jugar contra el Alavés. Ahora, contra el Celta estará a examen hasta el final de curso.
Contra Rumanía, 15 minutos; Fabio Silva, 45
Tanto Dário Essugo como Fábio Silva estuvieron ayer presentes en el partido amistoso de la selección sub-21 de Portugal que le enfrentó a Rumanía en el Estadio Municipal de Famalicao, con capacidad para 5.307 espectadores. El mediocentro no fue de la partida inicial y tuvo que esperar hasta el minuyo 75 para ingresar en el terreno de juego, en detrimento de su compañeroDiogo Nascimento, del Vizela de la segunda división lusa. El que sí jugó desde el pitidio incial fue el delantero, Fábio Silva. Una parte completa en la que no pudo ver portería como sí había hecho en las convocatorias anteriores en el que dejó un gol frente a Andorra y otro ante Islas Feroe.
Este rendimiento le llevó a promocionar con el combinado absoluto e incluso disputar 20 minutos frente a Croacia en el último partido de la Uefa Nations League –vio una tarjeta amarilla–. En lo que respecta al partido de ayer frente a Rumanía, el pichichi de la UD jugó los primeros 45 minutos y fue sustituido por su compañero de filas en el Wolverhampton, equipo al que pertenecer, Carlos Forbs. Tampoco pudo perforar la portería del conjunto del este europeo, que sí aprovechó su oportunidad en último suspiro del amistoso para que Cristian Mihai, del UTA Arad anotara el único tanto (1-0).