El Yeclano Deportivo cayó derrotado en el estadio Romano José Fouto en uno de sus peores partidos de la temporada (1-0). Los azulgranas se fueron del choque con el golpe de Antonio Sánchez, que tuvo que dormir en el hospital, y aunque tuvieron una tímida reacción en la reanudación no fueron capaces de contrarrestar el tanto de Carlos Doncel al filo del descanso.
La primera parte fue un despropósito para el conjunto azulgrana, que careció ante uno de los equipos más goleadores de la consistencia que le viene haciendo el conjunto menos goleado.
Con dos saques de esquina muy tempraneros, el Mérida tanteaba la portería de Iván con decisión. Y para terminar de sacar al equipo del partido, el gran susto de Antonio Sánchez preocupó a todos sus compañeros. El de Lorca se llevó un fuerte golpe en la cabeza con Saúl del Cerro cayó al césped completamente desplomado, donde fue trasladado en camilla y con collarín en ambulancia medicalizada hasta un hospital donde ha permanecido en observación durante la noche.
Todavía con diez en el césped esperanzado a la sustitución de Sánchez, los azulgranas tenían la mente en su compañero y sufrieron varias acciones emeritenses que pudieron acabar en gol. La primera en un mano a mano de Liberto ante Iván, donde el guardameta salvo providencialmente. La entrada de Teddy no varió el estado de shock azulgrana, e instantes después Carlos Doncel disparó al poste desde la frontal en un serio aviso a los azulgranas. Pasado el ecuador de la primera parte, el choque se equilibró algo, aunque los de Adrián seguían sin ser ese hormigón que les caracteriza.
Olmedo y Pau lanzaron sendas faltas, una alta y otra rechazada con apuros por Juan Palomares en lo que serían los ataques más peligrosos de los de Yecla. Pero seguía faltando consistencia y en una combinación letal dentro del área Carlos Doncel iba a marcar el gol que valdría los tres puntos con Iván ya batido.
Tras el paso por vestuarios, el equipo mejoró cuando Gabri Clemente puso criterio en la medular. Eso sí, el Mérida a la contra disponía de transiciones que pudieron ser letales. Javi Eslava casi solo lanzó alto en un descuido de la defensa azulgrana; y después Doncel desaprovechó una jugada en superioridad.
La única esperanza del equipo de Adrián Hernández era que el Mérida no mataba el partido, pero esta vez no hubo ni un atisbo de intento de empatar en una noche de perros tanto a nivel futbolístico como meteorológico.