El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, ha confirmado este viernes que la opción de que el banco busque una fusión con una entidad más pequeña posteriormente a un eventual fracaso de la oferta de compra (opa) del BVA «siempre tiene que estar encima de la mesa». Como adelantó EL PERIÓDICO el lunes, el banco catalán se ha dejado margen de capital este año para elevar por tercera vez la retribución prometida a sus accionistas para animarles a rechazar la oferta de su rival o, si esta operación no sale adelante, tener la opción de tratar de negociar y liderar una fusión posteriormente con un banco más pequeño que le permita ganar tamaño y refuerce sus opciones de seguir en solitario a medio plazo.
En ‘TV3’, el banquero ha reiterado los mensajes sobre una posible fusión que avanzó a principios de febrero en una entrevista a este diario. Así, ha defendido que una unión entre bancos relevantes españoles es posible salvo en el caso de los tres grandes (Santander, BBVA y CaixaBank), «que ya son suficiente o demasiado grandes, según se mire», para competir en España. «Todo el resto tenemos un tamaño y una complementariedad geográfica que funciona», ha remachado en referencia a su propia entidad y a otras como Bankinter, Unicaja, Ibercaja o Abanca.
«Cuando se ven las entidades que quedan, no necesariamente con Sabadell sino también entre ellas, sí podría haber integraciones que permitiesen al mismo tiempo una cierta reducción de costes pero también un incremento de ingresos, porque serían de zonas geográficas muy distintas y habría complementariedad de capacidades», ha argumentado. En ese sentido, ha apuntado que su entidad «siempre» está preparada para afrontar una de estas operaciones, si bien ha matizado que las integraciones «tienen siempre una cuestión de último minuto y de oportunidad, porque si se preparan con mucho tiempo nunca salen».
En cualquier caso, ha reiterado que una fusión «es una opción que siempre existe porque todos tenemos vocación de mejorar». Es lo que explica la opa del BBVA, ha añadido, «lo que pasa es que lo que no se puede hacer es atropellar la competencia por el camino y crear sinergias negativas. En cualquier caso, «esa aspiración (de mejorar) la tiene todo el mundo, siempre que no afecte a la competencia ni sea en condiciones que perjudiquen a los accionistas«. En resumen, «se tienen que dar las circunstancias, que ahora mismo no se dan, pero si se dan, todo el mundo, muchos, estarán dispuestos a hablar«.
Momento de desistir
González-Bueno, asimismo, ha asegurado que, si él fuera el presidente del BBVA, Carlos Torres, «no sé cuál sería, pero buscaría el buen momento» para retirar la opa: «Yo creo que es el momento de repensarse las cosas». Además, la ha lanzado una pulla: «Sé que han contratado al (exministro socialista José) Pepiño Blanco y estará haciendo su campaña de lobi«. En este sentido, ha vuelto a mostrarse confiado en que el Gobierno ponga trabas a la operación: «Hay un tema de interés general y de los temas de interés general alguien se debería ocupar».
El escenario considerado central hoy por hoy es que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe la integración a finales de marzo o principios de abril con unos compromisos o condiciones mayores que los 14 propuestos en un principio por BBVA, pero aceptables para el banco. El Sabadell ha pedido al organismo que condicione la opa a que su rival venda negocio de pymes y pagos, particularmente en Catalunya y la Comunidad Valenciana. Pero sabedor de que es más que improbable, confía en que, tras el dictamen de Competencia, el Gobierno imponga unas duras condiciones adicionales a la operación que hagan a BBVA tirar la toalla o que, de seguir este adelante, provoquen que los accionistas del banco catalán rechacen la oferta de compra.