El juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente justifica el exhaustivo examen que ha ordenado de las cuentas y patrimonio del exministro José Luis Ábalos y la fundación con la que estaba vinculado, Fiadelso, en la necesidad de comprobar si recibió mordidas del comisionista Víctor de Aldama a través de su asesor Koldo García. Para ello considera necesario que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil compruebe sus cuentas y productos financieros desde enero de 2014 hasta la actualidad.
El magistrado se remite a lo declarado por Aldama y que dice corroborado por varios testigos en la causa: el empresario Luis Alberto Escolano, al que el primero identifica en sus contactos como «hermanito» y que está imputado en el fraude de hidrocarburos; la expareja del entonces ministro Jésica Rodríguez, y la empresaria Carmen Pano,también imputada en el fraude de hidrocarburos y que dice que llevó dinero a la sede socialista de Ferraz. El auto suma a estos testimonios incriminatorios también lo dicho por Koldo García y por el propio Ábalos.
La resolución declara que el ahora diputado del grupo mixto «ha reconocido la realidad del contrato privado de arrendamiento con opción de compra» del piso del madrileño paseo de la Castellana, propiedad de Aldama, y «como admitió también quien fuera su asesor Koldo García», que llegaba, «incluso y por sorprendente que pueda resultar, a efectuar con su propio patrimonio pagos que correspondían» al exministro, «quien, posteriormente y según este explicó, se los reembolsaba».
El magistrado recurre a los testigos para acreditar, al menos en este momento de la instrucción, que, como había declarado Aldama, Escolano pagó por encargo del primero el piso de la Torre de Madrid, en la madrileña plaza de España, en el que vivía Jésica Rodríguez, circunstancia que esta reforzó al señalar que si tenía algún problema con el inmueble debía hablarlo con él o con Koldo, aunque creía que lo pagaría Ábalos, porque el asesor solía adelantar el dinero. Pano, por su parte, explicó que siguiendo instrucciones del dueño de Have Got Time, el socio de Aldama en hidrocarburos, Claudio Rivas, se procedió a comprar un piso para disfrute del exministro y su familia en La Alcaidesa, en Cádiz.
Entregas en efectivo
El auto pone el foco en «las entregas recurrentes de dinero metálico a las que Aldama se refiere en su declaración» a cambio de favores en la administración dependiente de Transportes y los encuentros periódicos que entre octubre de 2019 y agosto de 2021 mantuvo con Koldo García y a partir de entonces con su hermano Joseba. En este punto, el juez recuerda que el 18 de octubre de 2019 Aldama creó una nota en su móvil, en la que, «junto a otros gastos previstos, aparecía consignado: ‘Grandu 11.500′», en referencia a García.
Y señala que Koldo García, «a partir del último trimestre de 2019 efectuaba en metálico numerosos pagos, lo que resulta de los seguimientos realizados por los funcionarios de la fuerza actuante», que «llegaron a comprobar» cómo pagó «en un establecimiento de hostelería» con un billete de 500 euros, «así como de los informes respecto a su actividad bancaria, que vienen a poner de manifiesto que, en los períodos anteriores a dicha fecha, eran muchos más los pagos que se atendían por conducto bancario y muchos más también los egresos en las cuentas de las que aquél disponía para hacer frente a sus gastos ordinarios, egresos que desde que comenzó su relación con Aldama habrían disminuido bruscamente».
Ahí se enmarcaría que Koldo abonara con billetes el piso y los viajes realizados por Jésica y luego Ábalos se los devolviera. El juez señala que en el informe de patrimonio realizado por la Guardia Civil se afirma que «desde cuentas de titularidad del asesor» Koldo García «se remitían diversas cantidades a uno de los hijos del ministro, en algún caso bajo el concepto ‘pensión’, en otros como ‘regalo'».
De ahí que el juez pida investigar las cuentras de Ábalos desde el 1 de enero de 2014, «varios años antes de que entrara en conocimiento y relación con Aldama, y con el propio García Izaguirre […], en la medida en que solo así podrá conocerse si han existido, con ocasión de esas nuevas relaciones, cambios relevantes en las conductas o gestiones económicas, en relación con la mayor o menor disposición significativa de fondos bancarios para atender a sus gastos, que, prima facie, resultaría sustancialmente innecesaria en el caso de que fuera cierto que hubiese venido percibiendo determinadas cantidades en metálico, procedentes mediatamente de su asesor e inmediatamente de Aldama, tal y como éste sostiene con una razonable corroboración indiciaria que resulta de los extremos ya consignados».