Cohetes de Gaza vuelven a activar defensas aéreas en Ashkelon

Dos cohetes lanzados desde el norte de la Franja de Gaza fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro al acercarse a Ashkelon, ciudad costera del sur de Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron la neutralización de ambos proyectiles y descartaron heridos o daños materiales tras el ataque.

El incidente se suma al registrado el jueves 20 de marzo, cuando Hamás disparó tres cohetes contra Tel Aviv y zonas cercanas. Solo uno fue detenido en el aire, mientras los otros dos impactaron en terrenos sin población, según medios locales y publicaciones en X.

Los lanzamientos coinciden con el reinicio de las operaciones militares israelíes en Gaza, tras romperse un alto el fuego que había durado dos meses desde enero. Esta nueva ofensiva responde a la negativa de Hamás de liberar a 59 rehenes, entre los cuales se estima que 24 aún siguen con vida. La falta de avances ha debilitado los intentos de mediación impulsados por Egipto y Estados Unidos.

Por primera vez desde la reanudación de la guerra, las alarmas antiaéreas volvieron a sonar en Tel Aviv el jueves pasado. Hamás, a través de su brazo armado, las Brigadas Al-Qassam, afirmó que el ataque fue una respuesta directa a los bombardeos israelíes sobre civiles. A pesar de la intención de represalia, la limitada efectividad de los cohetes pone en evidencia la reducción de su capacidad armamentística frente a los primeros compases de la guerra.

Hamás pierde capacidad de fuego tras intensas ofensivas israelíes

La capacidad ofensiva de Hamás ha disminuido notablemente desde el inicio de la guerra. Tras el ataque del 7 de octubre de 2023, estimaciones de inteligencia israelí señalaban que Hamás y otros grupos como la Yihad Islámica contaban con un arsenal de unos 30,000 cohetes y morteros. Este inventario incluía modelos improvisados como los Qassam, cohetes Grad y versiones iraníes Fajr-5, con alcance suficiente para impactar Tel Aviv o Jerusalén.

Durante los primeros meses de la guerra, Hamás mantuvo un ritmo elevado de ataques. Solo en los primeros 30 días tras el 7 de octubre, lanzó más de 9,000 proyectiles, alcanzando un máximo de 1,800 en una semana. Sin embargo, la frecuencia e intensidad de los disparos se ha desplomado en 2025. Informes previos ya alertaban de un alto índice de fallos, con al menos el 12% de los cohetes cayendo dentro de Gaza. Actualmente, las FDI estiman que el grupo ha perdido más del 80% de su arsenal inicial, debido a la destrucción sistemática de infraestructura militar, túneles y depósitos durante bombardeos y operaciones terrestres.

Los ataques recientes a Ashkelon y Tel Aviv reflejan esta merma, con menos proyectiles, menor alcance y una evidente cautela en el uso del armamento restante. Esta situación revela tanto una estrategia de contención como una posible incapacidad para reabastecerse bajo el asedio israelí.

Israel reanudó su ofensiva militar en Gaza luego del fracaso de las negociaciones para prolongar el alto el fuego iniciado en enero. En la primera fase de ese acuerdo, se logró el intercambio de 33 rehenes por 2,000 terroristas palestinos presos. Sin embargo, las conversaciones para una tregua definitiva no avanzaron. Hamás condicionó la liberación de más rehenes a la retirada total del ejército israelí, una exigencia que el gobierno de Netanyahu rechazó de plano. Como respuesta, Israel impuso un bloqueo absoluto sobre alimentos, combustible y suministros médicos desde inicios de marzo.

El 18 de marzo, una ofensiva aérea israelí dejó más de 400 muertos en Gaza, de acuerdo con el Ministerio de Salud del enclave. A esa acción le siguió una incursión terrestre en el Corredor Netzarim y Beit Lahia, según reportes de NPR y The Washington Post. Hamás calificó la ofensiva como una “sentencia de muerte” para los rehenes, mientras en Tel Aviv, familias de los secuestrados protestaron contra el gobierno, al que acusan de sacrificar vidas por continuar la guerra.

Israel endurece ofensiva para eliminar a Hamás y advierte con anexión

Las FDI afirman haber matado a varios atacantes del 7 de octubre en Gaza
Las tropas de las FDI operan en la Franja de Gaza, en una imagen publicada el 26 de septiembre de 2024. (Fuerzas de Defensa de Israel)

Tras el colapso de las negociaciones, el gobierno israelí ha reafirmado su propósito de erradicar a Hamás, tanto en lo militar como en lo político. El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró el 18 de marzo que los recientes bombardeos representan solo el inicio de una ofensiva total y que no habrá cese hasta que Hamás desaparezca y los rehenes sean liberados. La administración Trump respalda completamente esta postura. Su portavoz, Karoline Leavitt, expresó el 20 de marzo el apoyo del presidente a las acciones de las FDI, según NBC News.

El ejército israelí ha redoblado sus ataques, eliminando figuras clave del liderazgo de Hamás como Rashid Jahjuh y Ayman Atsalih, el mismo 20 de marzo, de acuerdo con reportes oficiales. Además, se ha ampliado el control territorial en Gaza, particularmente en el Corredor Netzarim, con el objetivo de separar el norte y el sur del enclave y debilitar la estructura operativa de los combatientes palestinos.

En un mensaje dirigido a la población de Gaza, el ministro de Defensa, Israel Katz, lanzó una advertencia directa. El 20 de marzo, en un video difundido y citado por NPR e Israel National News, afirmó que si no se liberan los rehenes, Israel tomará partes de la Franja para establecer zonas de seguridad bajo control permanente. Katz advirtió que lo que viene será aún más severo y que la población civil “cargará con todas las consecuencias”, anticipando una respuesta militar sin precedentes.

Esa amenaza, que incluye anexión de territorio y posible desplazamiento de civiles, ha sido interpretada como un ultimátum para presionar a Hamás y empujarlo a una rendición, o a enfrentar una ocupación prolongada. El escenario actual, marcado por el intercambio de cohetes y el incremento de ataques, señala un punto crítico en la guerra. Hamás, aunque debilitado, intenta mantener su presencia con acciones simbólicas como los recientes ataques a Ashkelon y Tel Aviv.

Mientras Israel se muestra decidido a aprovechar su ventaja militar, el costo humanitario continúa escalando. Más de 48,500 personas han muerto en Gaza desde octubre de 2023, según cifras del Ministerio de Salud del enclave. La advertencia de anexión impuesta por Israel introduce una nueva dimensión política al conflicto, en momentos en que las familias de los rehenes reclaman decisiones que prioricen sus vidas sobre objetivos bélicos.

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