«Hoy debería de ser un día para enorgullecernos, deberíamos estar contentos«. Lo ha dicho la ministra de Sanidad, Mónica García, este jueves en su intervención en el debate parlamentario del pleno del Congreso sobre el Proyecto de Ley por el que se iba a crear la ansiada Agencia Estatal de Salud Pública. Finalmente no lo ha sido. Tras un debate tensísimo, que se vio empañado por una enorme bronca política en torno a otra ley, la de desperdicio alimentario, y al que asistió Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), tanto Junts como el PP pasaron del ‘sí’ al ‘no’ y, ante la sorpresa de todos, tumbaron el proyecto de ley del Gobierno que permitiría poner en marcha un organismo esperado desde hace quince años.
Sumar sufría así la pinza de posconvergentes y populares, que tumbaron esta ley del Gobierno en represalia a Moncloa, que ha vetado sus enmiendas a la ley de desperdicio alimentario, que se ha debatido este mismo miércoles y que ha generado varios momentos de tensión en el Hemiciclo. La Agencia Estatal de Salud Alimentaria era el primer proyecto de ley que Sumar había aprobado en el Consejo de Ministros y aspiraba a sacar en el Congreso de los Diputados. El giro de última hora ha descolocado al socio minoritario de la coalición, con todo el equipo del Ministerio de Sanidad desplegado en la Cámara Baja para celebrar un éxito que finalmente no tuvo lugar. El proyecto de ley tuvo 176 votos en contra, 167 votos a favor y 2 abstenciones.
Todo el equipo de Mónica García, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, y los principales cargos del Ministerio de Sanidad como invitados en la tribuna han vivido con sorpresa el inesperado desenlace, que no respondía tanto al proyecto de ley en sí sino al choque en paralelo por la ley de desperdicio alimentario.
Simón ha seguido las intervenciones de los grupos parlamentarios, sentado junto al director general de Salud Pública, Pedro Gullón, en la tribuna de invitados. La semana pasada, en un acto celebrado en el Instituto Carlos III de Madrid en el que reflexionaba junto con la ministra sobre el impacto de la pandemia, admitió que no descarta presentarse como candidato a presidir la nueva Agencia siempre y cuando no sea «un nombramiento a dedo».
Dictamen de la Comisión de Sanidad
La sesión plenaria arrancó pasadas las nueve de la mañana con el debate del dictamen de la Comisión de Sanidad sobre el Proyecto de Ley por el que se crea la Agencia Estatal de Salud Pública y se modifica la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública. Un organismo que «asumirá el desarrollo y ejecución de las funciones técnicas del Ministerio de Sanidad en materia de vigilancia en salud pública y, en particular, la coordinación y evaluación de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública».
La pasada semana, a punto de conmemorarse los cinco años de la pandemia de covid-19, la mayoría de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, daba luz verde a la ley con el voto a favor de todos los grupos parlamentarios, salvo Vox. Tras respaldar el dictamen, el texto estaba listo para enviarse al Pleno. Este jueves, la creación del organismo ya está mucho más cerca.
La ministra intervino tras la intervención de los diferentes grupos parlamentarios y comenzó afeando el «lamentable espectáculo» protagonizado por el PP. «No nos van a hurtar el debate«, advirtió la titular de Sanidad que, se quejó, «la salud pública siempre ha estado invisibilizada por los negacionistas de la ciencia» y criticó los «ataques» de los diputados del PP a Fernando Simón. «El 81% de los científicos ha recibido ataques personales como los que ha recibido hoy Fernando Simón», ha indicado.
«Radares apagados»
«La ciencia salva vidas», dijo la ministra, quien mostró «su alegría» por la ratificación de una ley que permitirá la creación de un organismo para que «nunca más» en situaciones tan extremas como la vivida en la pandemia de covid «nos cojan con el pie cambiado y los radares apagados«.
La Agencia, añadió, es «una deuda pendiente» y su creación, «urgente». «Debería ser un día de felicidad también para ustedes que han votado. Les puede la ira», señaló dirigiéndose a los diputados del PP. «La ley es una deuda del pasado pero, sobre todo, un compromiso del futuro. Va a beneficiar a todo el mundo, incluso a los negacionistas», añadió García quien habló de «un paso histórico».
Una demanda histórica
El organismo es una demanda que se remonta a la Ley de Salud Pública del año 2011. El punto de inflexión, una pandemia que puso sobre la mesa la necesidad, acuciante, de contar con un organismo entre cuyas principales funciones estarán la coordinación de la vigilancia en salud pública, la evaluación de los riesgos en salud, la preparación y alerta en crisis sanitarias o el asesoramiento y soporte a cualquier institución pública o comunidad autónoma que lo necesite. Entre las grandes incógnitas están ahora quién la dirigirá y dónde se ubicará su sede.
La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), que también ha estado presente en el pleno ya ha advertido de que aún «queda mucho por hacer» para estar preparados ante futuras crisis sanitarias. Los profesionales de la salud pública reclaman «un refuerzo urgente de las estructuras sanitarias, una mayor protección y promoción de la salud a través del fortalecimiento de la Atención Primaria y la necesidad de formación, colaboración y coordinación entre los distintos agentes«.