Alberto Núñez Feijóo se reúne desde primera hora de la mañana de este jueves con sus socios europeos en Bruselas, justo antes del Consejo en el que los primeros ministros de los Veintisiete deben avanzar con claridad hacia el rearme del continente. El líder del PP mantiene su postura de no apoyar a Pedro Sánchez después de un breve encuentro -el de la semana pasada- en el que el jefe de la oposición concluyó que España todavía no tiene un plan. Y, sobre todo, ante la negativa del presidente de pasar por el Congreso para su autorización del aumento en el gasto de defensa. Esta soledad parlamentaria la seguirá aireando Feijóo en Bruselas y en su núcleo duro anticipan que no ven “ninguna presión posible”, teniendo en cuenta que es el presidente el que no quiere recurrir al PP.
El Gobierno, sin embargo, está convencido de que los conservadores tendrán problemas para explicar su postura en Europa. De hecho, María Jesús Montero interpeló directamente a Feijóo ayer en la sesión de control preguntándole si cumpliría con los compromisos internacionales que salen de la Comisión, en la que gobiernan en coalición populares y socialdemócratas. En el entorno más cercano a Feijóo recuerdan la contundencia que mantuvieron hasta el final con el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta, intentando frustrarlo hasta el último momento.
“Si fuimos capaces de votar en contra de todo el gobierno comunitario por oponernos a Ribera ahora no vamos a aceptar otra cosa. Tenemos muy clara nuestra postura”, explican fuentes de Génova para reiterar la convicción con la que Feijóo mantiene que no hay apoyo posible sin detalles, sin negociación y sin que las Cortes autoricen un cambio tan sustancial del gasto público, teniendo en cuenta que tampoco el Gobierno presenta un Presupuesto.
Algunos dirigentes se hacían eco de las palabras que el expresidente José María Aznar lanzó en Bruselas este miércoles afirmando que si Sánchez no tiene apoyo parlamentario para esta decisión de aumentar el gasto en defensa debería convocar elecciones generales. “Estamos normalizando comportamientos que no son propios de una democracia”, vuelven a afirmar en el grupo parlamentario.
En este contexto Feijóo está dispuesto a explicar la posición ante la familia europea. Y no solo eso: en el PP están convencidos de que no habrá reproche posible, más aún tras conocerse el libro blanco de Defensa (“white paper”) en el que la Unión Europea plasma las claves del rearme que debe afrontar en el nuevo contexto geopolítico. Ese documento habla precisamente de que la inversión de los países miembros debe centrarse en munición, misiles, dones y defensa aérea, lejos de las inversiones de las que estos días habla el Gobierno para computarlo como aumento de gasto.
El mandato que ha lanzado Ursula von der Leyen además es que los Veintisiete deben empezar ya a “gastar masiva y sostenidamente” en defensa y recursos militares teniendo en cuenta que antes de que acabe el mes de abril los gobiernos europeos deben activar las cláusulas de escape que les permitirán ese incremento de gasto sin penalización.
En Génova consideran que todas las novedades que van llegando de Europa debilitan aún más a Sánchez porque van en contra de los objetivos que hasta ahora ha manifestado el presidente y, por tanto, lo aleja de las posiciones de otros países. “No tiene sentido pensar que mientras Alemania da pasos impensables y Polonia hace un esfuerzo enorme. Sánchez va a poder colar como inversiones cosas que no lo son y que no va a pasar nada. El trilerismo no funciona en Europa”, zanjan dirigentes de la cúpula.
Se da la circunstancia de que los principales aliados de Feijóo en el PP europeo en este momento son, precisamente, el futuro canciller alemán Friedrich Merz; y el polaco Donald Tusk, con los que mantiene una interlocución fluida y a los que también informará de la situación en España.
Feijóo no dudará en visibilizar la debilidad parlamentaria de Sánchez y las diferencias dentro de su propia coalición y socios de izquierda -que se evidenciará también en el Congreso este jueves con las primeras votaciones sobre el gasto en defensa y sobre Ucrania- durante su visita a Bruselas.
El líder del PP, además, no ha dudado en batallar asuntos nacionales dentro de la Unión. Ha ocurrido con la amnistía pactada entre el Gobierno y los independentistas durante largos meses. Y a finales del año pasado tras la trágica dana de Valencia lo volvieron a hacer con el nombramiento de Teresa Ribera, entonces al frente del Ministerio de Transición Ecológica, intentando que el PP europeo vetara el nombre propuesto por Sánchez como vicepresidenta de Von der Leyen.
Con aquella operación Feijóo arriesgó mucho y puso a prueba la intensidad de su alianza con algunos de sus socios, recabando un apoyo directo del presidente del PP europeo, el alemán Manfred Weber, y ahondando su distancia con la presidenta de la Comisión, con la que ya ha protagonizado otros choques. El PP no logró su objetivo, pero llegó muy lejos. Y con este mismo espíritu encara ahora la defensa de su posición, contraria a cómo está actuando Sánchez con el asunto más importante en materia de seguridad, dicen en el PP, “en las últimas décadas”.