Horas después de admitir por primera vez en público que lo más probable es que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) imponga condiciones suaves a la oferta de compra (opa) del BBVA, el Sabadell muestra también por primera vez de forma clara y meridiana su confianza en que el Gobierno haga descarrilar la operación. Así, su presidente, Josep Oliú, ha sostenido que el Ejecutivo «tiene argumentos» para ponerle serias objeciones: «El Gobierno tiene que pensar si esta es una operación que le conviene o no al país por diferentes motivos: el crecimiento, el crédito, la competencia, las pymes y el equilibrio territorial«. O dicho de otra forma, el Ejecutivo «tiene en sus manos velar por el equilibrio en el sistema financiero del país».
El escenario considerado central hoy por hoy es que la CNMC apruebe la integración a finales de marzo o principios de abril con unos compromisos o condiciones mayores que los 14 propuestos en un principio por BBVA, pero aceptables para el banco. El Sabadell ha pedido al organismo que condicione la opa a que su rival venda negocio de pymes y pagos, particularmente en Catalunya y la Comunidad Valenciana. Pero sabedor de que es más que improbable, confía en que, tras el dictamen de Competencia, el Ejecutivo imponga unas duras condiciones adicionales a la operación que hagan al BBVA tirar la toalla o que, de seguir este adelante, provoquen que los accionistas del banco catalán rechacen la oferta de compra.
En un encuentro con la prensa previo a la junta de accionistas de la entidad, Oliu ha dado prueba de ello: «La CNMC hace su trabajo, que es velar por la competencia. Y el Gobierno tiene que hacer su trabajo, que es velar por el bien común y el futuro de España«. En esta línea, el banquero se ha mostrado confiado en que el Consejo de Ministros valore el «daño que la operación puede tener en regiones fundamentales como Catalunya, Comunidad Valenciana y Región de Murcia«. Asimismo, ha pedido al Ejecutivo que, cuando se pronuncie tras el dictamen de Competencia, también sea «claro» sobre si aprobará la fusión entre los dos bancos, caso de salir la opa adelante.
Cuatro grandes bancos
En la misma línea se ha manifestado el consejero delegado, César González-Bueno, que ha sostenido que la operación «pone en peligro el bienestar en España porque afecta al 70% de su tejido industrial y productivo, que son las pymes, y además lo hace de forma que no es reparable» porque la competencia que se perdería no se podría recuperar. El país, ha argumentado, necesita que haya cuatro grandes bancos como existen actualmente y que no se conviertan en tres, «y como es un tema de bien común, alguien debería establecer unas condiciones mínimas para que eso se preservase», pues «hay una responsabilidad de que eso no ocurra».
El ejecutivo, asimismo, ha vuelto a mostrarse crítico con la CNMC. Su asunción de que el organismo emitirá un dictamen favorable al BBVA, ha asegurado, no se basa en una comunicación directa, sino en que se han producido «filtraciones importantes». Si se confirma, ha añadido, será «una pena», porque las condiciones que impondrá a la operación serán «insuficientes» y no se habrán consultado con las 79 asociaciones empresariales y sindicales a las que el organismo no dejó personarse en el procedimiento, lo que no es la «conducta más eficaz para defender la competencia en España».
Regreso a Catalunya
Los dos banqueros, además, han enfatizado la importancia de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) obligue al BBVA a reflejar en el folleto de la operación todos los riesgos que pesan sobre esta, en particular cómo afectaría a los accionistas del Sabadell que la opa tuviera éxito pero el Gobierno prohibiese la fusión posterior. El presidente ha defendido que la operación podría tener sinergias negativas de ingresos porque perdería clientes en favor de otros bancos, que «serían los verdaderos beneficiados». El BBVA, ha añadido, estaría durante «dos o tres años» dedicado a la fusión, a lo que se suma que los accionistas del Sabadell canjearían un banco expuesto a España por otro expuesto en buena medida a México, Turquía y otros países emergentes.
Oliu, además, se ha referido al retorno de la sede social del banco a Sabadell, donde este jueves celebrará su primera junta en ocho años tras su regreso desde Alicante. «Todos los años decía que no sabía qué condiciones se tenían que dar, pero que no se daban. Ahora digo que no sé cuáles eran, pero sé que se dieron», ha bromeado antes de afirmar que los «astros estaban a favor» de hacer un traslado que «desde hace tiempo» quería realizar. «Las circunstancias raras que provocaron el traslado (por el ‘procés’) ya hacía tiempo que no se daban, pero ahora se dieron las circunstancias que pudieran hacer entendible para nuestros clientes el volver», ha remachado.