EL FUEGO DEVORA LOS MONUMENTOS

Las Fallas, el arte de lo efímero, deberían alcanzar todo su esplendor durante la cremà. Está bien que se den los premios tras terminar la plantà. Pero el momento supremo de un monumento fallero, el instante de su clímax, cuando debe lucir con una belleza sobrecogedora, es el del fuego, el de las llamas que devoran la composición y los ninots.

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