El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido siempre una pequeña obsesión sobre el asesinato de John F. Kennedy, y ya intentó, durante su primer mandato, revelar todos los documentos relacionados con su asesinato en 1963 y las investigaciones que la siguieron. Este martes, Trump ha desvelado más páginas clasificadas alegando que los archivos -a diferencia de años anteriores- no serán redactados, y sugiere que esta vez responderán a cualquier pregunta sobre el asesinato. Sin embargo, muchos historiadores dudan de que nada nuevo pueda ser revelado.
En enero, Trump redactó una orden ejecutiva dirigida a las agencias de seguridad nacional para que planearan difundir todos los documentos gubernamentales relacionados con los asesinatos de John F. Kennedy, Matin Luther King Jr. y Robert F. Kennedy, padre del actual secretario de Salud. “Más de 50 años después de estos asesinatos” ha dicho un portavoz de la Casa Blanca, “los familiares de las víctimas y el pueblo estadounidense merecen saber la verdad”. El magnate neoyorquino ordenó que los documentos relacionados con el presidente Kennedy fueran los primeros en ver la luz, seguidos por los de el doctor King y Robert Kennedy, aunque aún no se ha hecho público cuando estos dos últimos serán revelados.
Qué hay en los documentos
En las más de 1.100 paginas difundidas este martes, muchas de ellas marcadas como “secreto”, hay discusiones y amenazas del gobierno comunista cubano y los vínculos de Lee Harvey Oswald con Moscú. Oswald disparó al presidente en Dallas en noviembre de 1963. La Comisión Warren, establecida por su sucesor a la presidencia, Lyndon B. Johnson, para investigar el asesinato, concluyó que Oswald había actuado en solitario.
Aunque el exmarine que cometió el asesinato vivió en la Rusia soviética, fue un simpatizante comunista y tenía una mujer rusa, los documentos desvelados pueden defraudar a los conspiranoicos que buscan una narrativa alternativa. Muchos de los documentos discuten asuntos mundanos. Aquellos que se refieren a espionaje, se limitan, en su mayoría, a describir los trabajos de los agentes, sin destapar importante información sobre el asesinato.
Tisi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos ha dicho que la publicación de estos documentos es un ejemplo de “una nueva era de máxima transparencia” en la administración Trump. Aun así, todavía existen documentos clasificados por el Gobierno. Gabbard anunció que estos documentos se desvelarían eventualmente, y la Administración Nacional de Archivos y Documentos (Nara) aseguró que está “trabajando con el Departamento de Justicia para acelerar la apertura de estos expedientes”.
Qué esperan aprender los historiadores
A pesar del escepticismo generalizado, algunos historiadores esperan que los archivos revelen sorpresas importantes, pero aún se mantiene el consenso de que Oswald actuó por su cuenta. También preocupa que muchos de los expedientes sean información duplicada que ya fue difundida.
De todos modos, esta enorme desclasificación podría dar a conocer importantes detalles nuevos, incluyendo las actividades de Oswald los meses previos al asesinato, como sus visitas a las embajadas de Cuba y la URSS en Ciudad de México. Además, los documentos desvelaran el grado en el que las agencias compartieron -o fallaron por compartir- información sobre sus actividades y conexiones.
Todos los documentos desclasificados por el Gobierno están disponibles para el acceso del público general de forma online o en persona. En 2023, se comenzó un proceso descrito como “un esfuerzo severo” para digitalizar todos los archivos relacionados con la muerte del presidente. Antes de este nuevo lanzamiento, más de 700.000 expedientes se habían digitalizado y publicado en la web de la Nara.
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