los monitores de Vallecas cuyas muertes se podrían «haber evitado»

Dos jóvenes suben la pequeña escalera de la asociación Krecer, ubicada en el barrio de Palomeras Bajas, en el madrileño distrito de Puente de Vallecas. En sus manos, llevan un ramo de flores blancas en recuerdo de Ana, Izan, Juan Ramón y Monchi, los cuatro jóvenes que fallecieron tras caer 300 metros con un vehículo por una ladera del Puerto de Lunada, en Cantabria. El suceso tuvo lugar hacia las 22.00 horas del pasado sábado 15 de marzo y según los familiares de una de las víctimas, el accidente se «podría haber evitado».

Los vecinos de Vallecas, los amigos y los familiares de estos jóvenes de entre 20 y 21 años aún están encajando la tragedia. No pueden creer que se hayan ido estos vallecanos a los que todos describen como «buenas personas» y «muy comprometidos con el barrio y con los vecinos».

«Conocía a Izan desde que tenía tres años, hemos crecido juntos y no he conocido a nadie como él. Cuando íbamos al colegio estudiábamos juntos en la asociación Krecer y, cuando nos hicimos mayores, él seguía ayudando a los niños a estudiar y organizaba actividades lúdicas para ellos«, cuenta un joven que no puede contener las lágrimas mientras habla de su amigo.

Tres de las víctimas de este suceso habían crecido en el barrio de Palomeras y, como dice una vecina que tiene relación con los padres, eran «parte de los chicos y chicas del barrio»: «Nos conocemos todos desde hace años y ellos hacían mucha vida aquí». Según cuentan, habían estudiado en el Instituto Antonio Domínguez, muy cerca de la asociación donde solían colaborar.

Durante la mañana del lunes, los familiares de Izan han estado velando el cuerpo de joven en el Tanatorio Parcesa de la M-40 de Madrid. Allí, Cristian Romero, tío del joven fallecido, ha expresado sus condolencias a las familias del resto de víctimas mortales y ha pedido que se «haga algo» para que un accidente así «no vuelva a suceder».

«No sabemos qué sucedió exactamente, pero se podría haber evitado con un quitamiedos. Los vecinos de esa zona de Cantabria saben que la carretera es peligrosa y llevan tiempo diciéndolo. Ha sido una tragedia, los padres de Izan le van a echar muchísimo de menos», ha apostillado en declaraciones a Efe.

Según relató José Miguel Tolosa, jefe provincial de Tráfico de Cantabria, El coche cayó «en tonel», dando «muchas vueltas de campana». Según dijo, no se ha descartado que el hielo fuera una de las causas del accidente, y ha indicado que los cuatro jóvenes llevaban puesto el cinturón de seguridad.

Ante la gravedad del siniestro y la dificultad de acceso a la zona en la que se encontraba el vehículo, fue necesaria la participación de bomberos de Santander y técnicos de rescate del Gobierno de Cantabria para proceder al rescate de los cuerpos, que se produjo a las 1.25 horas.

Los cuatro jóvenes fallecidos habían ido a Cantabria, junto a otros cuatro amigos, para pasar el fin de semana en una casa rural. Cuando se produjo el suceso, un equipo de psicólogos tuvo que atender a los cuatro jóvenes que viajaban en el otro vehículo.

Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida han expresado sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas de lo que han definido como una «terrible tragedia».

Arreglar la carretera

El Gobierno de Cantabria tiene previsto un proyecto de mejora para el tramo de la carretera de Lunada donde tuvo lugar el accidente en el que murieron cuatro jóvenes, según el consejero de Fomento, Roberto Media, quien cree que ahora hay que dejar trabajar a los técnicos y a la Guardia Civil para esclarecer lo ocurrido.

«Lo que pasó no se puede calificar más que de una tragedia y un cúmulo de desgracias que terminaron con la muerte de estas cuatro personas el sábado en esta zona alta del puerto de Lunada», ha dicho el consejero, tras las declaraciones de un familiar de uno de los jóvenes fallecidos, que ha señalado que el accidente se podría haber evitado con unos quitamiedos y cubriendo la carretera.

El coche en el que viajaban los cuatro jóvenes madrileños se despeñó por una ladera de 200 metros de altura en la zona alta del puerto, una carretera con poco tráfico, «casi residual», según Media, por la que pasan unos 240 vehículos al día.

El consejero ha explicado que en 2020 se hizo «un pequeño arreglo» en los dos primeros kilómetros de esta carretera y que ya hay un proyecto redactado para mejorar otros seis kilómetros, pero no para la parte alta que limita con Burgos, en el municipio de Soba, donde ocurrió el siniestro.

Ha explicado que el Gobierno de Cantabria se comprometió con el alcalde a ejecutar la mejora de ese primer tramo y que ya ha dado la orden para que se empiece a redactar el proyecto para la parte alta de la carretera, aunque ha señalado que las contrataciones en la administración «son muy lentas».

El consejero ha trasladado su pésame a las familias de los fallecidos y ha subrayado que el Gobierno regional «va a colaborar de forma decidida con todas las administraciones que están participando en el esclarecimiento de lo que pasó el sábado».

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