Donald Trump expuso en su libro ‘El arte de la negociación’ algunas de sus técnicas de dominación para conseguir acuerdos favorables. Lograr sellar con éxito los tratos es, según reconoce el mismo presidente, el leit motiv de su vida, lo que él ha hecho más a menudo. Su estrategia ha chocado de bruces este martes con la realidad del Kremlin: Vladímir Putin ha rechazado la propuesta de alto el fuego completo de 30 días ya aceptada por Ucrania y se limita a ordenar el cese de los bombardeos de las infraestructuras energéticas del país invadido.
“Rusia ha aceptado una tregua solo donde más le interesaba, el sector energético, porque Ucrania lanza semanalmente drones contra refinerías y depósitos de combustible rusos”, opina para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Oleksandr Slyvchuk, coordinador del Programa de Cooperación para España y Latinoamérica en el Transatlantic Dialogue Center. “Pero continúan los ataques terrestres, donde Rusia tiene ahora la iniciativa. Por eso este alto el fuego para nosotros no significa mucho. Simplemente, Moscú gana tiempo y demuestra a Trump su presunta disposición de buscar la paz”.
El “teléfono rojo” entre Washington y Moscú estaba programado para sonar a las dos de la tarde, hora española. En ese momento, sin embargo, Putin seguía en una conferencia con un grupo de oligarcas rusos. Cuando uno de los ponentes le ha recordado que tenía que irse para atender al presidente de Estados Unidos, Putin ha sonreído, burlón, y le ha respondido que no se preocupara. Iba a hacer esperar al presidente de Estados Unidos. Es la segunda vez en pocos días que el líder ruso lleva a cabo un desplante similar. Mantuvo ocho horas en espera al enviado de Trump, Steve Witkoff, de visita en Moscú el jueves pasado. El presidente ruso también ejerce el arte de la negociación por la fuerza.
Putin dice «no» a Trump
“Putin ha engañado a Trump. La pregunta de hoy era simple: ¿aceptaba o no aceptaba el ruso alto el fuego propuesto por el presidente estadounidense? Volodímir Zelenski ya había aceptado. Putin no solo no ha dicho que sí, sino que ha puesto más exigencias sobre la mesa”, opina para este diario desde Kiev el diputado Oleksandr Merezhko, presidente de la mesa de Exteriores de la Rada (Parlamento) de Ucrania.
Osaka, Japón, 28 de junio de 2019. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saluda a Vladímir Putin / DPA vía Europa Press / DPA vía Europa Press
Entre las reclamaciones de Moscú para un alto el fuego completo está la de que Ucrania deje de recibir armamento durante ese período y que detenga el reclutamiento de soldados, según el comunicado del Kremlin. “Si Trump acepta más exigencias de Putin tras estos 30 días, Ucrania saldrá más debilitada y Rusia, más fuerte. No podemos aceptar ni frenar la movilización ni recibir menos armas porque Rusia no va a parar de reclutar ni de producir armas”, argumenta Merezhko.
Ambos líderes han conversado por teléfono durante dos horas y media, probablemente la mitad de ese tiempo si se tiene en cuenta el tiempo de traducción. ¿Sobre qué? Según Moscú, hasta se ha tratado la posibilidad de que equipos de hockey ruso vayan a competir en Estados Unidos. También del papel que desempeña Rusia e Irán en Oriente Próximo. Se ha acordado el intercambio de algo más de un centenar de 175 prisioneros de guerra ucranianos por otros tantos rusos como gesto de buena voluntad, que se llevará a cabo el próximo 19 de marzo. Y se han establecido grupos de trabajo de funcionarios rusos y estadounidenses para seguir tratando de avanzar hacia un alto el fuego auténtico. Patada hacia delante.
“Putin ha puesto tantas condiciones a un alto el fuego completo que incluso para Trump ha sido inaceptable, y por eso han anunciado un cese de hostilidades limitado”, aporta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Mykola Beleskov, prestigioso analista de guerra ucraniano de la fundación Come Back Alive. “Para mí, cualquier avance es positivo. La clave es que Ucrania no sea considerada por Trump y compañía como un obstáculo para la paz, como ocurrió hace unas semanas, con consecuencias muy negativas para nosotros”. Tras el enfrentamiento verbal de Trump y su vicepresidente J.D. Vance con Zelenski en la Casa Blanca, Estados Unidos detuvo durante una semana la entrega de armamento y de inteligencia militar.
Precisamente en ese lapso de tiempo, las Fuerzas Armadas rusas aprovecharon para lanzar una ofensiva relámpago en la región de Kursk, ocupada por Ucrania durante siete meses. Ya la han recuperado casi al completo. Precisamente tras la llamada de este martes, el Kremlin se ha comprometido a “guiarse por consideraciones humanitarias y, en caso de rendición, garantizar la vida” de los soldados ucranianos atrapados sin escapatoria (embolsados, como se conoce en la jerga militar) presuntamente en esa región rusa.
La guerra, por tanto, sigue. Ucrania no ha conseguido el ansiado alivio para sus soldados en el frente. Trump ha fracasado por el momento en su objetivo de llevar a Rusia a firmar un alto el fuego de 30 días que fuera el primer paso hacia un acuerdo de paz duradero, aunque ha arañado buenas palabras del Kremlin. «Vladímir Putin expresó su gratitud a Donald Trump por su deseo de ayudar a lograr el noble objetivo de poner fin a las hostilidades y las pérdidas humanas» y el presidente ruso declara «su disposición a colaborar con sus socios estadounidenses para explorar a fondo las posibles vías de solución del conflicto, que deben ser integrales, sostenibles y a largo plazo», se lee en el comunicado del Kremlin. Sobre el terreno, Putin logra un receso en los ataques a su sistema de distribución de petróleo y gasolina al tiempo que evita dar un portazo al presidente estadounidense.