El castor europeo (Castor fiber) se está extendiendo por Españay todo apunta a que lo está haciendo de la mano de sueltas ilegales e incontroladas, pues no hay citas fehacientes de su presencia en el país en los últimos 2.000 años y no ha habido ningún plan de la administración para reintroducirlo en el territorio nacional, según el biólogo Jorge González Esteban.
En los últimos 20 años, se ha detectado su presencia en Navarra, La Rioja, País Vasco, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía, explica a Efeverde este experto de DESMA Estudios Ambientales, que advierte de que las administraciones deberían realizar una gestión de la especie con el nivel que le otorga la normativa europea y española. El objetivo, garantizar su conservación y, al mismo tiempo, minimizar los daños que ya se están produciendo.
Recientemente, se han localizado ejemplares de esta especie protegida en el Tajo y en la cabecera del río Jalón (Soria), cerca de una zona en la que se proyecta un gran parque fotovoltaico y donde su actividad ha podido ser grabada por un vecino de Benamira.
A punto de desaparecer por el interés en su carne y piel
Este roedor estuvo a punto de desaparecer a principios del siglo XX en toda su área de distribución debido a la caza indiscriminada de ejemplares por el interés en su carne y en su piel.
Para evitarlo, en diversos países europeos pusieron en marcha programas para su recuperación, algo que nunca se ha planteado en España por tratarse de un animal «que aquí no tiene memoria reciente» y porque esos grandes ríos del castor «aquí desaparecieron hace mucho tiempo o nunca estuvieron bien representados», apunta.
Rastro de castores europeos localizados en el río Jalón (en Benamira, Soria). / Foto cedida a EFEverde por Fernando del Amo
Según las pesquisas que han llevado a cabo, sospechan que los primeros individuos llegaron a España «por cuenta y riesgo» de activistas de una ONG belga, que se dedicó a diseminar ejemplares por distintos países europeos. Los que llegaron al país los obtuvieron de un proyecto de reintroducción en Baviera, Alemania.
En 2003, aterrizaron en España con dos grupos de castores. Uno fue soltado en el Ebro, en torno a Navarra y La Rioja, y otro en el Miño, en Galicia. «Al parecer, los gallegos no sobrevivieron, pero los del Ebro sí, y ese el origen reciente de los castores en España», asevera el experto.
Introducidos ilegalmente
Posteriormente, aparecieron castores en el Duero, entre Zamora y Portugal; después en el Guadalquivir, en Jaén, y recientemente en el Tajo, en Guadalajara.
«La pregunta que hay que hacerse es ¿quién está soltando castores en España?»
Cuando a principios de siglo se detectaron en España los primeros ejemplares, la administración se vio en la obligación de eliminarlos, pues habían sido introducidos ilegalmente, lo que, a su vez, llevó a la aparición de grupos en su defensa.
Tras años de indefinición, la Unión Europea obligó a España a introducir al castor en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) en todo el territorio nacional (figura desde 2020) para cumplir con la directiva Hábitat. Esto implica que no se pueden cazar, pero también que un particular no puede manejar la especie sin autorización y sin un plan de la administración que lo respalde.

Madriguera de castor, en el río Jalón a su paso por la localidad de Bemira (Soria). / @Fernando del Amo
Gracias a las acciones emprendidas en Europa, la especie ya no se considera amenazada y se estima que la población mundial supera los 600.000 ejemplares.
En España, sin embargo, se desconoce cuántos puede haber y lo más preocupante, «hay alguien que los sigue soltando» con su particular criterio, originando situaciones de conflicto con los intereses de agricultores ribereños que no benefician a la conservación de la especie, insiste el experto.
Herbívoros insaciables
Esto es así porque estos roedores se adaptan y reproducen con mucha facilidad y las márgenes de nuestros ríos ya no tienen la vegetación ni la cantidad de madera suficiente para que puedan pasar desapercibidos. Además, no cuentan con depredador natural (los adultos pueden superan los 30 kilos de peso).
«Se dan situaciones en las que tumban postes de la luz dejando a un pueblo entero sin suministro, o provocan daños en cultivos, lo que genera malestar entre los lugareños»
«El castor entró por la puerta de atrás y sigue estando en una especie de limbo. Hasta que no nos apriete, no parece que la administración vaya a intervenir significativamente», lamenta.
Por otro lado, se ven desprotegidos frente a instalaciones que se proyectan sin tener en cuenta su presencia y la posible afección a la especie.

Obra de castores europeos localizados en el río Jalón (en Benamira, Soria). / Fotos cedidas a EFEverde por Fernando del Amo
Este sería el caso de la planta fotovoltaica Caramonte, proyectada en Medinaceli, con más de 76.000 paneles solares y en cuya tramitación se está ignorando la presencia de castores europeos en la zona al tratarse de una especie protegida, explica Fernando del Amo, vecino de Benamira, quien ha grabado la actividad de este mamífero en la vega del río Jalón, en Soria.
En paralelo, estos animales están comenzando a generar malestar en algunos vecinos de la zona, pues «se están comiendo todo, han derribado más de cien árboles, se comen sus raíces, sus cortezas y sus hojas. Las riberas no están preparadas para el castor, no tiene depredadores y se están comiendo cultivos«, alerta.