El Gobierno está convencido de que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, “está de acuerdo con el planteamiento” de Pedro Sánchez para el plan de rearme, pero que le puede su estrategia de “desgaste” al Gobierno. De “usar sus votos para el boicot”, según la define un ministro socialista. Sin embargo, confían en que a la hora de una votación en el Congreso, se acabará plegando por la presión del Partido Popular Europeo, puesto que en Bruselas comparten hoja de ruta junto a los socialdemócratas, liberales y verdes. “Nosotros estamos llegando a acuerdos con gobiernos de países que pertenecen al PPE y con Ursula von der Leyen (la presidenta de la Comisión Europea que pertenece a la misma familia política en la UE), por lo que Feijóo no se puede abstraer de eso”, apuntan fuentes del ministerio de Exteriores.
Pedro Sánchez evitó cargar las tintas contra Feijóo en su comparecencia tras la ronda de contactos con los partidos para intentar acercar posiciones sobre su plan para aumentar el gasto en defensa. Prefirió quedarse, dijo, “con lo positivo” para no valorar sus palabras tildándolo de autócrata. Y es que todavía acaba de empezarse el camino para definir el plan de rearme ante la situación de Ucrania y el giro geopolítico de EEUU. Si bien el aumento del gasto en defensa podrá sortear el Congreso, con mecanismos extrapresupuestarios como el recurso al Fondo de Contingencia o las transferencias de crédito, un eventual envío de tropas españolas a Ucrania en misión de paz precisará de la autorización del Congreso. Precisamente, por una reforma en la ley de defensa nacional impulsada por los socialistas en 2005 en respuesta a la decisión del Gobierno de Aznar de enviar tropas a Irak sin solicitar aval parlamentario.
Entre los socios habituales del Gobierno, Podemos y BNG ya han avanzado su rechazo y EH Bildu ha dejado claro que no apoyará operaciones bajo el paraguas de la OTAN. Llegado el caso, Sánchez estaría en manos del PP. En el Ejecutivo no quieren por el momento afrontar este debate, pero van allanando el camino a no cerrar esta puerta. Tras los contactos con los grupos, uno de los interlocutores explicaba que se abordó esta cuestión durante su encuentro. Su conclusión fue que este escenario todavía está “verde”, pero que si países como Francia empujan hacia la dirección de enviar tropas de paz, España no se va a quedar al margen. De hecho, en la primera reunión que se abordó esta cuestión, en una cumbre en Londres, el jefe del Ejecutivo se sentó simbólicamente entre el francés Enmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer. Ambos abogan decididamente por el envío de tropas de países europeos para asegurar la paz en Ucrania.
El mensaje del Gobierno es que este debate todavía es “prematuro” por estar Ucrania todavía en guerra, pero Sánchez comenzó a allanar el terreno el pasado jueves al abordar con los grupos el debate sobre “cómo contribuimos desde España a la paz en Ucrania”. Tras calificar como “positiva” la propuesta de EEUU y Kiev para abrir negociaciones de paz, argumentó que “lo primero que tenemos que hacer para cuando se sustancie ese diálogo que pueda desembocar en una paz justa y duradera entre Rusia y Ucrania es seguir apoyando a Ucrania lo máximo posible por parte de todos los Estados miembros de la Unión Europea”.
El líder del PP ha dejado claro no solo no firmarán “un cheque en blanco” para Sánchez, sino que entiende que el proceso de diálogo tiene que ser muy distinto a los treinta minutos en la Moncloa de este jueves. Exige tiempo, información, detalle en las cifras, conocer los mecanismos que emplearía, los plazos para llevarlo a cabo y cómo se ejecutaría año a año, qué partidas se tocarían y cómo se financiarían. A eso le suma un debate “riguroso y transparente” en el Congreso y, ya al final, una votación.
Envío de tropas
Más allá del plan para el aumento del gasto en Defensa, que puede sortear el Congreso, el Ejecutivo tiene margen en el marco de la ley de defensa para forzar una adhesión del PP sin seguir todo este proceso exigido por Feijóo. La norma establece que “para ordenar operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional, el Gobierno realizará una consulta previa y recabará la autorización del Congreso de los Diputados”, pero como excepción permite hacerla a posteriori “cuando por razones de máxima urgencia no fuera posible”.
Feijóo coincide con la mayoría de socios del Gobierno en que un plan de rearme de esta magnitud debe pasar por el Congreso. “En una democracia europea no puede haber un incremento de gasto de este tipo, no puede haber un presupuesto y un compromiso internacional sin que previamente esté autorizado por el Congreso de los Diputados”, advertía tras su entrevista con Sánchez.
En una línea similar se manifestaron sus socios, que ya han iniciado la carrera por forzar votaciones para visibilizar las posiciones. Solo simbólicas, sin capacidad de que tengan vinculación jurídica. Así, en el próximo pleno será el BNG quien forzará al Congreso a una votación sobre el rearme europeo y el aumento del gasto militar.
Votación antes del Consejo Europeo
Los nacionalistas gallegos llevarán una moción consecuencia de la interpelación realizada en esta semana al ministro de Asuntos Exteriores para que los grupos parlamentarios se posicionen. Su objetivo es que los partidos se posicionen antes de la reunión del Consejo Europeo del 21 de marzo, donde se presentará el Libro Blanco de Defensa con la hoja de ruta sobre inversiones armamentísticas y mecanismos de financiación de la UE para los próximos cinco años.
Será tras esta reunión cuando Sánchez comparezca en el Congreso para dar cuenta de sus planes y abrir el debate. Seguirá sin concretar el cuándo y el cómo, pues en el Ejecutivo no esperan que se cierren estos flecos antes de junio, coincidiendo con la cumbre de la OTAN en La Haya. Lo que hará, más allá de la pedagogía que vienen desplegando durante los últimos días los socialistas para justificar el cambio histórico por la situación geopolítica, será demandar responsabilidad de Estado, principalmente al PP. “Necesitamos unidad, aquí y en la UE”, completan desde Moncloa.