En unas semanas marcadas por lluvias, apareció Trueno para hacer tronar en Madrid. El artista argentino ha ofrecido un vibrante show en homenaje a la cultura del hip hop y marcado por su último disco, El Último Baile. La primera vez que cantó en España lo hizo ante 300 personas. Este jueves ha metido a 15.000 en el Movistar Arena.
El Último Baile es una declaración de amor al hip hop y un homenaje a sus 50 años de historia, en el que Trueno reivindica no solo su papel en el género, sino también el de Argentina y los pueblos del sur. Con una versatilidad que lo hace fluir entre trap, R&B, funk y reguetón, el disco está repleto de referencias a figuras icónicas del hip hop, desde Wu-Tang Clan hasta Nas, y a pioneros latinos como Daddy Yankee o Tego Calderón. Más allá de su sonido, el álbum es un canto a la pureza del movimiento, alejado de la mercadotecnia y con un fuerte mensaje reivindicativo. A lo largo del disco, Trueno se muestra como un rapero punzante y auténtico, capaz de moverse entre el egotrip y la crítica social sin perder la esencia de su barrio y su identidad.
No es fácil para un rapero hacer un concierto masivo, ya que la monotonía puede hacer acto de presencia. Este tipo de actuaciones requieren algo más que simple música. Trueno ha sabido imponerse a este hecho a través de un gran repertorio de estilos e impulsos sonoros y visuales. Hizo del escenario el Parque Rivadavia de Buenos Aires, donde jóvenes raperos competían en batallas de freestyle en El Quinto Escalón. De ahí surgieron figuras de la talla de Duki, entre otros. El Movistar Arena también fue una rave y por momentos, parecía que estuviera sonando Rage Against The Machine.
Trueno lanzó 27 canciones y hubo tiempo para la política. Sonó Fuck El Police, coincidiendo con la represión policial ejercida por el Gobierno de Javier Milei contra una manifestación por los jubilados: “No nos paran ni con agua, ni con fuego, ni con plomo”, disparó Trueno a través de un micro que por momentos parecía una glock.
“A las 11 hacemos fiesta y a las 12 sale el lobo
Pero no nos va a parar porque somos más que ellos
No nos van a agarrar porque somos más que ellos
Ah, esta es la puta canción del pueblo
No nos callan ni poniéndonos la rodilla en el cuello”
También tuvo tintes políticos Real Gangsta Love, tema con el que consiguió tres discos de platino en España– los cuales lució con orgullo-, y con el que rinde un sentido homenaje a la patria Latinoamericana. Lució una sudadera con el mapa del continente en la espalda y luego se puso la siete albiceleste de Rodrigo de Paul. No fue el único homenaje a la Selección Argentina. Las letras EUB, como si fuera el escudo del combinado nacional y con tres puntitos- uno por cada Mundial de fútbol-, presidieron el escenario.
Además, escoltado por una banda, KMI 420 y su padre, Pedro Peligro, Trueno ha ofrecido un show que podría servir como paradigma para otros raperos. Trueno tuvo nuestra atención e hizo un concierto divertido. No paró de moverse, saltó, bailó, subió y bajó escaleras sin parar y sudó más que un centrocampista canchero en La Bombonera.
Por otra parte, esta clase de conciertos también sirven para comprobar las nuevas formas de consumo de directos. A mi lado, una chica de unos 16 años, móvil en mano, grabó todo el concierto mientras cantaba todas las canciones de principio a fin. Habría cientos de adolescentes así porque la pista parecía un campo de flores luminosas. ¿Es esto disfrutar de un concierto? ¿Vale más un vídeo que el recuerdo? No sé. Tampoco se me ocurriría decirle a una persona en trance durante casi 30 canciones cómo debe ver a su ídolo.
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