Ni sí ni no. Vladímir Putin ha anunciado este jueves que está a favor de un alto el fuego, aunque mantiene reservas sobre el acuerdo alcanzado esta semana entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí y que prevé un cese de las hostilidades durante 30 días. El mandatario ruso ha expresado sus dudas sobre el plan, ya que, entre otras cosas, considera que permitiría a las fuerzas ucranianas rearmarse justo cuando el Ejército ruso está recuperando parte de su territorio en la región de Kursk.
«¿Quién controlará la tregua si hay más de 2.000 kilómetros de frontera?», ha planteado a modo de ejemplo en una rueda de prensa conjunta con su socio bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Durante su comparecencia –que ha tenido lugar mientras el enviado de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steve Witkoff, se reunía con funcionarios rusos para presentarles el plan–, Putin ha afirmado que Rusia está «de acuerdo» con las propuestas estadounidenses, aunque ha matizado que cualquier cese del fuego «debería conducir a una paz duradera y abordar las causas profundas del conflicto».
Para ello, el mandatario ruso ha propuesto retomar el diálogo con Estados Unidos para concretar «los detalles». «Igual tengo que volver a llamar por teléfono a Trump», ha sugerido. Con esta declaración, Putin daba el pistoletazo de salida a unas negociaciones que, cuando menos, se antojan difíciles. Sin embargo, algunos analistas sostienen que, en realidad, su intención podría ser ganar tiempo.
Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, y Vladímir Putin, este jueves en Moscú.
Reuters
El principal asesor del Kremlin y miembro del equipo negociador de Rusia, Yuri Ushakov, ya se mostraba escéptico esta mañana sobre la propuesta de Estados Unidos aceptada por Ucrania. «Solo beneficia a las tropas ucranianas», alegaba Ushakov, quien, pese a reiterar que se trataba de una «opinión personal», adelantaba que su país está más interesado en «una solución a largo plazo».
Por el momento, se desconocen cuáles son los detalles que quiere discutir Moscú con Washington, pero todo apunta a que podrían implicar un aumento de las exigencias. De hecho, el mensaje de Putin llega después de que The Washington Post, citando un informe de expertos cercanos al Servicio Federal de Rusia (FSB), afirmara que las demandas rusas para poner fin al conflicto eran maximalistas y de difícil aceptación por la parte ucraniana.
Entre ellas se encuentran la renuncia de Ucrania a entrar en la OTAN y el reconocimiento de Crimea (anexionada ilegalmente en 2014) y otros territorios ocupados en 2022 (Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk) como parte de Rusia. Estos reclamos no son nuevos, al igual que el rechazo total a cualquier despliegue de soldados extranjeros en Ucrania, incluso si se trata de fuerzas de paz.