El periodista Nando Escribano asumía un reto que le había propuesto por su compañera Gema López. Ante la facilidad que parece tener para llorar la ‘influencer’ Anabel Pantoja, sobrina de la cantante Isabel Pantoja, Nando cortaría cebollas mientras se reproducía una de las publicaciones de Anabel en redes sociales. Las lágrimas de ella caían a los pocos segundos de comenzar, antes que las del periodista.
«El talento que tiene Anabel Pantoja para llorar y estar feliz a la vez es tan increíble…», expresaba Nando.
Una broma, último motivo del lloro
La ultima de las cosas que sacaba las lágrimas a los ojos de Anabel era una broma de su primo Kiko Rivera, hijo de ‘La Pantoja’, junto a unos cómicos gaditanos. Sin embargo no es la única vez que los lloros de la ‘influencer’ son públicos. En el Sorteo extraordinario de Navidad Anabel compartía vídeos llenos de emoción mientras veía como salían las bolas de los bombos a coro con los cantos de los niños de San Ildefonso.
Gema López aseguraba que su sensibilidad podría estar relacionada con estar viviendo lejos de su familia, o los desajustes hormonales que podía haberle causado la reciente maternidad.
«Lloro por una mosca»
Además la periodista, que ha compartido lugar de trabajo con Anabel en alguna ocasión, descubría que es una persona a la que hasta la más mínima circunstancia hace llorar. Cosa que parece confirmarse al ver que en alguno de sus vídeos llora a moco tendido tras recibir un ramo de flores o su desayuno habitual: «He visto a Anabel (…) abrir una caja de Manolitos, y empezar a llorar como un bebé«.
Otra de las razones que, esta vez de tristeza, generaban esa reacción era el retraso de los conciertos de Canarias de su tía Isabel. Aunque también una visita a París emocionaba sobremanera a la ‘influencer’. Ella es consciente de cómo sus emociones brotan en forma de lágrimas: «Hay compañeros y compañeras que me conocen, y saben que lloro por una mosca«.
La periodista sostendría como ciertas las emociones que comparte Anabel: «He visto que se enfade contigo, montarte un pollo de tres pares de narices, liártela, y a los dos minutos venir llorando: ‘con lo que yo te quiero…’. Ella es ciclotímica en ese sentido».
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