El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha adelantado este jueves que el producto financiero europeo que lleva meses impulsando para que los particulares destinen sus ahorros a inversión productiva en el continente tendrá un «tratamiento fiscal favorable» y estará condicionado a que un porcentaje de la inversión vaya a empresas e industrias de la UE. Así lo ha apuntado tras reunirse en Madrid con la comisaria europea de Servicios Financieros, Maria Luís Alburquerque, que ha mostrado su apoyo a la iniciativa del Gobierno de España de crear ese producto: «Nuestra posición es favorable a todo lo que ayude a los ahorradores europeos a poner su dinero a trabajar».
Como había adelantado este diario, los dos factores clave que se están definiendo son qué tratamiento fiscal tendrá dicho producto en cada país para hacer atractiva su contratación y con qué porcentaje mínimo de inversión en empresas o proyectos europeos deberá contar. En esta línea, el ministro ha apuntado que «el punto de partida para todos tiene que ser como mínimo un trato fiscal comparable al trato fiscal más favorable de los instrumentos de inversión que hay en cada uno de los países». Se trata, eso sí, de solo una base. «El punto de partida es muy diferente en todos los Estados miembros. Pero es importante que pongamos los incentivos sobre la mesa para que se redirija este ahorro hacia productos con una mayor rentabilidad», ha subrayado.
Cuerpo logró el pasado lunes el pistoletazo de salida a uno de los proyectos estrella en que trabaja desde hace tiempo: la creación del Laboratorio Europeo de Competitividad. Se trata de un campo de pruebas para que una serie de países (en un primer momento Alemania, Francia, Italia, España, Polonia, Luxemburgo y Países Bajos) lancen y testen proyectos innovadores en materia de mercado de capitales de forma coordinada con la Comisión Europea, que más adelante podrá proponer ampliarlos legislativamente al resto de Estados miembros. El ministro ha precisado que los países implicados están en el proceso de definir los primeros proyectos específicos que se impulsarán con la idea de «tener suficientes detalles en junio para poder ponerlos en marcha a principios de otoño«.
Definiendo las características
El primero de estos proyectos será la creación de ese «producto o etiqueta de ahorro europea», cuyos detalles los países implicados están en proceso de definir. «La idea ahora mismo es intentar definir unas características que sean similares, que den la etiqueta de producto europeo común. Cuanto más completo sea ese set de características, más parecidos serán esos productos a nivel europeo. Pero tenemos que definir un número mínimo de características que ayuden a que se identifiquen de la misma manera. Entre otras, por ejemplo, la importancia de la inversión en empresas o industrias europeas o un tratamiento fiscal favorable. Tendremos que ver hasta qué punto la casuística nacional va a llevar a que podamos añadir o no características comunes y estos productos sean básicamente el mismo o en un 90% iguales e intercambiables», ha apuntado el ministro.
Cuerpo, en este sentido, ha recordado que unos 11 billones de euros en ahorros de ciudadanos europeos están depositados en cuentas corrientes o depósitos a plazo «que no dan especialmente una buena remuneración a los ahorradores». Se trata, ha argumentado, de «poner sobre la mesa productos que sean lo suficientemente atractivos con todas las dimensiones que están a nuestra disposición: el trato fiscal, pero también ese punto de inversión en Europa y de desarrollo productivo propio». En la misma línea, la comisaria Alburquerque ha subrayado que los europeos son los que más ahorran en el mundo, pero obtienen por ello una remuneración baja. «Por tanto, lo primero es ofrecer la rentabilidad adecuada a los ahorradores de la UE. Y luego canalizar esos ahorros en la medida de lo posible hacia inversiones en la UE, porque eso será un ciclo virtuoso», ha defendido.