La cotización de los principales productores europeos de bebidas espirituosas recibían este jueves con fuertes caídas en su cotización la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles de hasta el 200% al sector. De esta forma, las acciones del fabricante Pernord Ricard han llegado a bajar hasta un 4,25%, mientras que las de Remy Cointreau han caído cerca de un 4,46%. Por otra parte, los títulos de LVMH, que entre sus diferentes productos ofrece el champán ‘Dom Perignon’ y el coñac ‘Hennessy’ llegaban a caer más de un 2%, aunque posteriormente han corregido el retroceso hasta quedar en el cerca del 0,7% de pérdida. Otros valores, como la británica Diageo, caen cerca de un 0,4%. Marie Brizard Wine & Spirits también se deja cerca de un 0,32%. El índice europeo que recoge los principales valores relacionados con las principales empresas del sector de bebidas y comidas (que incluye grupo como Danone o Lotus Bakeries) retrocede hasta un 3,52% a una hora del cierre de la sesión.
Las principales cerveceras del Viejo Continente también se han visto afectadas por la amenaza de aranceles de hasta el 200% para bebidas alcohólicas. Anheuser-Busch InBev, uno de los mayores productores del mundo, se deja cerca de un 1,05%, mientras que la neerlandesa Heineken retrocede hasta un 1,24%. Y Carlsberg se deja cerca de un 0,51%.
Los productores europeos de bebidas espirituosas y del sector vinícola europeo han expresado su «alarma» al verse atrapados en el «fuego cruzado» de aranceles y represalias entre Estados Unidos y la Unión Europea e instan a ambas partes a que dejen de utilizarles «como moneda de cambio».
«Instamos a ambas partes a que dejen de utilizar nuestro sector como moneda de cambio en conflictos que no nos conciernen», ha indicado este jueves Pauline Bastidon, directora de Asuntos Comerciales y Económicos de spiritisEUROPE, que agrupa a asociaciones y productores europeos de bebidas espirituosas. Bastindon ha reconocido que spiritusEUROPE está profundamente alarmada por la renovada amenaza de aranceles sobre las bebidas espirituosas de la UE y EEUU como parte de una disputa completamente ajena.
Beneficio mutuo
Bastidon ha defendido que el comercio de bebidas espirituosas ejemplifica cómo la apertura de los mercados genera beneficios mutuos, recordando que el comercio trasatlántico de estos productos ha prosperado sin aranceles desde 1997 y el sector está totalmente unido en su compromiso de mantenerlo así, por lo que reimponer aranceles «sería un retroceso», perjudicando a empresas, trabajadores y consumidores de ambas partes.
Este responsable también ha recordado que las empresas de bebidas espirituosas de la UE han invertido fuertemente en la producción estadounidense, incluido el whisky americano, al igual que las empresas estadounidenses poseen destilería en toda la UE.
El presidente de la Federación Europea de Denominaciones de Origen del Vino, Riccardo Ricci Curbastro, ha considerado «profundamente lamentable» que las tensiones comerciales entre la UE y Estados Unidos, dos importantes socios económicos, se estén intensificando una vez más, con el sector vitivinícola atrapado en el fuego cruzado. Ricco ha asegurado que los aranceles no sólo perjudicarán a los productores de ambas orillas del Atlántico, sino que también perturbarán una larga tradición de comercio y cooperación vitivinícola. «Solo pueden beneficiar a nuestros competidores», ha advertido, añadiendo que las medidas y amenazas planteadas por Wahsington y Bruselas ponen en peligro el sustento de miles de productores y trabajadores del vino en Europa y Estados Unidos.
De este modo, ha instado a la Comisión Europea y al Gobierno estadounidense a que entablen un diálogo constructivo para encontrar una solución negociada que evite que el sector vitivinícola se convierta en una víctima involuntaria de una disputa. «Una guerra comercial sólo traerá perjuicios económicos a ambas partes, mientras que la diplomacia y la cooperación pueden garantizar un futuro justo y sostenible tanto para nuestros productores como para nuestros consumidores», ha apostillado.