David Cantero.
Todo un caballero, sí. Esa es la palabra que mejor define a David F. Cantero, un profesional como la copa de un pino. Su reciente salida de los informativos de Telecinco ha generado ríos de tinta, y él ha salido muy bien parado. Cuando las redes sociales se ponen de acuerdo en ratificarlo como una gran persona, por algo será. Esa es la estela que ha dejado después de tres décadas asomándose a nuestros hogares a través de la pequeña pantalla (pequeña cuando él comenzó, ahora no tanto).
Desde que leí su novela Amantea siempre advertí que David F. Cantero era un potencial premio Planeta. Aunque para conseguirlo necesitaba un pequeño detalle. Imagino que sin formar parte de la gran familia del grupo editorial le resultaría difícil conseguirlo. O dicho de otro modo, estando en las filas de la competencia directa de Antena 3 lo tenía bastante complicado.
Llegados a este punto, con las 64 primaveras cumplidas mi apreciado David podría jubilarse de su carrera televisiva y lo tendría más que merecido. Pero quién no nos dice que una pirueta del destino lo pueda trasladar todavía hasta el universo de Atresmedia. Entonces reuniría el requisito necesario para optar al premio literario mejor dotado en castellano. Caso de conseguirlo, él lo sabe bien, a mí me haría enormemente feliz.
Desde el principio he tenido fe a David Cantero, qué le vamos a hacer. Es bueno, a estas alturas de la vida, confiar en alguien. Intuir que es de ley. Creo en su honestidad, siempre me gustaron sus formas de hacer y sus modos de comunicar. Porque ante todo admiro su humildad. No hay nada mejor que encontrar a personas con una enorme valía pisando tierra. Mirándote de igual a igual.