El foco sobre el césped. Más que nunca. Si alguna situación demanda la máxima concentración en la tarea es esa, cuando la fatalidad golpea de forma tan contundente que va a interferir en el trabajo. La mirada en el balón, la vigilancia en en Pavlidis, pendientes de trazar la línea del fuera de juego, coraje para entrar fuerte al balón dividido, sin pensar en él, en Carles Miñarro, en la familia, en el sentimiento de pena que ha entrado por la puerta del vestuario y se ha instalado ahí dentro, abrumadoramente, inexorablemente, dramáticamente.
«Estaremos preparados», garantizó Hansi Flick este lunes, más de 24 horas antes de que el grupo vuelva a concentrarse, vuelva a compartir estancias comunes, a subir al autocar, a desplazarse hacia el estadio de Montjuïc, a sentarse en el sillas del vestuario… a repetir las rutinas de siempre, la del sábado. Sin él. Una diferencia que se dejará notar y que sentirán todos aquellos que estaban concentrados el pasado sábado para disputar el Barça-Osasuna.
Jugar y ganar por Carles
«Queremos jugar y ganar por Carles», comentó Flick. Jugar y ganar a un Benfica que no será piadoso por mucho que pueda solidarizarse y a quien Flick respeta mucho, pese a haberle vencido en los dos partidos, por la capacidad que ha tenido el cuadro portugués en crear situaciones de gol.
Pablo Martin Gavira en el entrenamiento con el FC Barcelona. / EP
El técnico alemán ha tenido que reforzar su liderazgo de un modo que no había sospechado. Ni él ni nadie. Jamás se había visto en esta tesitura de un fallecimiento tan cercano y tan inmediato que agita la vida de tantas personas; las más allegadas y las más lejanas, que podrían contarse por millones. De culés y de otras filiaciones por el impacto que ha provocado una desgracia como esa. Nunca pudo imaginarse que viviría un suceso tan luctuoso en el Barça pese a que la historia de la entidad está repleta de acontecimientos dolorosos.
El cargo de la pena
A Flick le ha correspondido hacer de tripas corazón y recordar que el Barça no se puede detener. «Nuestro trabajo es seguir adelante, esto es la vida también», dijo en la rueda de prensa previa. Un mensaje que pudiera parecer insensible, pero que responde a la realidad. Era su primera manifestación pública desde que se conociera la muerte de Carles Miñarro el sábado, a quien se echó en falta a la hora de la merienda, y al partir el autocar, y de la que se enteraron en el estadio. El domingo hablaron a la plantilla Joan Laporta y él y ayer, de nuevo, el entrenador intentó reparar la cicatriz del colectivo. No sólo de los futbolistas que deberán abstraerse del recuerdo, sino de los miembros del staff que tantos momentos han compartido.
«Es muy importante que ganemos en esta situación», deslizó Flick del trascendental duelo frente al Benfica en el que los jugadores tendrán que multiplicar el esfuerzo para sacar adelante el partido y, con él, la eliminatoria. El descanso de no haber jugado ante Osasuna queda atenuado por el peso de la pena con la que cargan. El deseo de ganar se ha transformado en la obligatoriedad de ganar: para evitar que la debilidad anímica se extienda, por la voluntad de dedicar el triunfo a la familia Miñarro García y porque anda en juego la eliminatoria para acceder a los cuartos de la Champions League.

Pedri y Ferran Torres. / EP
Funeral y partido
Este martes por la mañana, el funeral del querido doctor, «una gran persona y un gran médico que formaba una combinación increíble con Ricard Pruna», el jefe, quien había apadrinado su incorporación el pasado verano. Por la tarde, la competición que no puede detenerse más. «Los dos han sido piezas muy importantes en nuestro éxito y le echaremos de menos», subrayó Flick, que no dribló el protocolo de comparecer ante los medios de comunicación. El club dispensó al futbolista que debía acudir a la sala de prensa.
El 0-1 de Lisboa cobra un enorme valor para este Barça conmocionado por la mínima ventaja que le concede antes de comenzar. El gol de Raphinha concede una dosis de confort tal vez ficticio. «No pensamos para nada en la ida», aseguró Flick, por las pocas similitudes que tendrá en la vuelta. A no ser que el Barça sufra una expulsión tan temprana como la de Pau Cubarsí, cuya baja la cubrirá Ronald Araujo.
«El Benfica es un equipo buenísimo, sobre todo en transición, y tiene una filosofía de juego muy clara», destacó Flick, con todas las alertas activadas. La cita lo exige.