No es un día cualquiera, ni tampoco se trataba de una eliminatoria más de octavos, y así lo demostró Diego Pablo Simeone cuando dejó de lado la chaqueta del chándal para salir a rueda de prensa vestido de traje. A la trascendencia que ya de por sí tiene llegar a los cuartos de final de la Champions se le suma el contra quién. El Real Madrid visita el Metropolitano, y eso convierte el cruce en una especie de duelo fratricida en el que sobrevivir será vivir.
Lo afrontará el Atlético obligado a ganar tras la derrota (2-1) de la ida en el Bernabéu, y con el recuerdo de unos precedentes aciagos ante los que se quiere revelar agarrándose al calor de su gente y un campo que ha convertido en fortín en los últimos años. «Nos toca jugar en nuestro campo, la gente estará empujándonos pero la realidad la marca el campo. Solo con lo que suceda en la grada no vamos a ganar el partido. Tenemos que hacer un gran partido. Entiendo que es un partidazo y espero que podamos hacerlo en el campo», explicó Simeone, incidiendo en lo que tendrán que hacer los suyos en lo que cree que «en realidad es solo un partido».
«Objetivo: la final»
«Creo en mis jugadores, tengo confianza en el plantel. Entiendo el corazón que tienen mis futbolistas y vamos a salir a buscar seguir en esta Champions. Nuestro objetivo es jugar la final», repitió, ambicioso públicamente como viene haciendo durante los últimos meses, antes de analizar por enésima vez al rival.
«Las características del equipo rival con futbolistas tan verticales hacen que tengan ese juego. Nosotros somos un equipo colectivo que puede alternar juego alto, juego más bajo, con posesión, sin posesión…», enumeró un Simeone al que le produce «energía, entusiasmo, adrenalina e ilusión» afrontar un duelo que para muchos en su plantilla será el primero de Champions ante el Madrid.
«Giuliano, Barrios, Lino, Riquelme si le toca… Son jugadores que no están acostumbrados a estos partidos pero a cualquier futbolista le gustaría jugar estos partidos. Tenemos muchos chicos de la casa y me emociona que vayan a vivir un día así», explicó el Cholo, que también dijo que «puede que ensayemos los penaltis esta tade aunque nunca es igual entrenarlo que en un partido».
La duda de Lenglet y el elogio a Ancelotti
«Seguramente tanto el rival como nosotros prepararemos el partido de la mejor manera pero el único que tiene claro que va a pasar, es Dios», cerró el Cholo, que abordará el duelo, en cualquier caso, obligado a ganar y con casi todo su once tipo, en el que solo está la duda de Lenglet, por unas molestias. Aparentemente solo habrá una baja segura, la del capitán Koke, que se ha perdido los últimos cinco choques por una lesión muscular de la que ya ultima su puesta a punto.
Si Lenglet está disponible, formará en el centro de la defensa con Giménez. Si no, lo hará Le Normand. Y si De Paul está listo compondrá el doble pivote en el medio haciendo pareja con Pablo Barrios. Giuliano apunta a un extremo y el otro costado será la principal incógnita, con Samu Lino como principal opción para un puesto por el que también pugna Gallagher.
En cualquier caso, será la 28ª ocasión en la que Simeone se mida a un Ancelotti que ya se ha convertido en un enémigo íntimo. «Tenemos ideas de fútbol muy parecidas», dijo en las horas previas el italiano, y el argentino recogió después el guante. «Yo pasé mucho tiempo en Italia. Las experiencias vividas en el fútbol italiano… Hay situaciones que se parecen pero está claro que Ancelotti es mucho mejor que yo», le elogió Simeone.