Cuando un trabajador recibe su salario, la empresa tiene dos formas de pagarlo: de manera legal, a través de una nómina en la que se aplican las correspondientes retenciones fiscales y cotizaciones a la Seguridad Social, o de manera irregular, en dinero negro, es decir, sin declarar esos ingresos a Hacienda.
A primera vista, recibir el salario en negro puede parecer una ventaja, ya que el trabajador recibe una cantidad mayor sin sufrir descuentos. Sin embargo, esta práctica tiene importantes consecuencias a largo plazo, tanto en términos económicos como legales. Es importante conocer todos los aspectos que implica esta decisión antes de aceptar un pago fuera de la legalidad.
La ventaja inmediata de cobrar en negro
El principal atractivo de cobrar en negro es la cantidad neta de dinero que se recibe. Cuando una empresa paga el sueldo de un trabajador de forma legal, debe asumir cotizaciones y retenciones fiscales que pueden representar hasta un 30% o 33% del salario bruto. Además, el trabajador también debe afrontar su propia cotización y el IRPF, lo que reduce aún más la cantidad final que percibe.
Es necesario conocer qué se recoge en las nóminas. / GETTY
Por ejemplo, si una empresa quiere aumentar el sueldo de un empleado en 500 euros, tiene dos opciones: abonarlo en la nómina, en cuyo caso el trabajador recibiría aproximadamente 280 euros netos después de impuestos, o entregarle la cantidad íntegra en efectivo, sin declarar, permitiéndole disponer de los 500 euros completos.
Este tipo de pagos pueden resultar atractivos para quienes buscan disponer de más dinero de inmediato. Sin embargo, lo que muchos trabajadores no consideran es cómo esto puede perjudicarles en el futuro en situaciones como el desempleo, la jubilación o una baja médica.
Las desventajas de cobrar en negro
Uno de los mayores inconvenientes de recibir parte del salario sin declarar es que no se cotiza por esa cantidad, lo que afecta directamente a los derechos del trabajador. Si en algún momento necesita acceder a una prestación por desempleo, esta se calculará en base a lo cotizado, por lo que, si ha estado cobrando en negro, el importe de su paro será mucho menor o incluso nulo.
Este problema se agrava aún más cuando se habla de la jubilación. La pensión de un trabajador se calcula tomando en cuenta los últimos 25 años cotizados, por lo que si durante parte de su carrera laboral ha recibido pagos no declarados, su pensión será considerablemente inferior a la que habría recibido en condiciones normales.
Otro aspecto a considerar es la protección en caso de enfermedad. Cuando un trabajador necesita darse de baja por incapacidad temporal, el subsidio que recibe está directamente relacionado con su salario cotizado. Si parte de su sueldo no ha sido declarado, la cantidad que recibirá durante la baja será menor, lo que puede representar un problema económico en caso de enfermedad prolongada.
Consecuencias legales para el trabajador y la empresa
Cobrar en negro no solo implica un riesgo financiero, sino que también puede acarrear problemas legales tanto para la empresa como para el trabajador. La Inspección de Trabajo y Hacienda pueden imponer sanciones a las empresas que empleen este tipo de prácticas, con multas que pueden alcanzar los 187.515 euros, dependiendo de la gravedad del caso.
Por otro lado, el trabajador también puede enfrentarse a sanciones si Hacienda detecta que ha estado recibiendo ingresos no declarados. Si realiza compras de alto valor, como una vivienda o un coche, sin justificar ingresos suficientes, puede ser objeto de una inspección que le obligue a pagar los impuestos atrasados con intereses y posibles multas.