China diseñó el caza J-35A para superar a Taiwán en un conflicto

El Shenyang J-35A, caza furtivo de quinta generación, refuerza la capacidad militar de China. Su diseño responde a la necesidad de superar las defensas aéreas de Taiwán.

El J-35A marca un avance clave en la aviación militar china

El Shenyang J-35A, presentado en el Airshow China 2024, representa un avance en la modernización de la aviación militar china. Como un caza bimotor de quinta generación basado en el prototipo FC-31 Gyrfalcon, refuerza tanto la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) como la Armada de China (PLANAF).

El J-35A es fundamental en la estrategia de China para proyectar poder en la región. Su diseño furtivo, capacidad de operar desde portaaviones y su versatilidad lo convierten en una herramienta clave para misiones de superioridad aérea y ataque de precisión.

Uno de sus objetivos estratégicos es enfrentar a Taiwán en un posible conflicto. La tecnología de baja detectabilidad del J-35A complica la labor de los radares taiwaneses, dificultando la detección temprana y aumentando la efectividad de ataques sorpresa.

China busca con este caza consolidar su posición como una de las pocas naciones capaces de fabricar múltiples aviones furtivos de quinta generación. Su desarrollo muestra el avance del país en la producción independiente de tecnología militar avanzada.

Diseño furtivo y capacidades avanzadas del J-35A

El J-35A destaca por su combinación de tecnología furtiva avanzada y capacidades polivalentes. Su diseño minimiza la firma de radar mediante bahías internas de armas, superficies alineadas con precisión y entradas de aire supersónicas sin desvío.

J-35A
J-35A

Está impulsado por los turboventiladores Guizhou WS-19, una evolución independiente que reemplaza los motores rusos utilizados en versiones anteriores del FC-31. Esta autonomía tecnológica fortalece la industria aeroespacial china.

Características clave del J-35A en el ámbito militar

  • Furtividad optimizada: su diseño reduce la detección por radares enemigos, aumentando su eficacia en combate.
  • Compatibilidad con portaaviones: puede operar en los portaaviones más avanzados de China, como el CV-18 Fujian.
  • Capacidad polivalente: diseñado tanto para superioridad aérea como para ataques de precisión en tierra y mar.
  • Motores WS-19 de fabricación china: otorgan mayor independencia a la industria aeronáutica del país.

El J-35A es compatible con operaciones CATOBAR (Catapult Assisted Take-Off But Arrested Recovery), lo que le permite despegar desde portaaviones equipados con catapultas. Esto amplía significativamente el radio de acción de la PLANAF, fortaleciendo su capacidad expedicionaria.

El J-35A y su impacto en la guerra del Estrecho de Taiwán

China diseñó el J-35A para enfrentar y superar a Taiwán en un eventual conflicto. Su capacidad furtiva le permite evadir sistemas de defensa aérea como el Patriot PAC-3 y el radar de alerta temprana de Leshan.

La fuerza aérea taiwanesa, equipada con cazas como el F-16V y el Mirage 2000-5, enfrenta un desafío significativo ante un caza difícil de detectar y con capacidad de lanzar misiles de largo alcance desde bahías internas.

El despliegue del J-35A presiona a Taipéi a reforzar sus defensas, con la necesidad de adquirir radares más avanzados y nuevos cazas para contrarrestar la amenaza. Sin embargo, esto dependerá del apoyo de Estados Unidos, que podría incrementar la venta de armas a la isla.

J-35A
J-35A

China, por su parte, utiliza el J-35A no solo como un medio militar, sino también como una herramienta de disuasión estratégica frente a Taiwán y sus aliados en la región.

Implicaciones estratégicas del J-35A en el Indo-Pacífico

El impacto del J-35A no se limita a Taiwán. Su desarrollo representa un desafío directo a la supremacía aérea de Estados Unidos y sus aliados, incluidos Japón, Corea del Sur y Australia.

En el Mar de China Meridional, donde China mantiene disputas territoriales, el J-35A amplía su capacidad de proyección militar. Su operatividad desde el CV-18 Fujian le permite patrullar zonas estratégicas y responder a la presencia naval de EE. UU.

China busca con el J-35A igualar las capacidades de la aviación de quinta generación de EE. UU., dominada por el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. La combinación del J-35A con el J-20 posiciona a China como un competidor directo en el ámbito de la guerra aérea moderna.

En un escenario de conflicto, este caza podría ser clave para una ofensiva inicial, utilizando su furtividad y misiles de largo alcance para debilitar las defensas enemigas antes de una operación militar mayor.

El J-35A redefine la estrategia militar de China

J-35A
J-35A

El desarrollo del J-35A simboliza la capacidad de China para producir cazas furtivos modernos sin depender de tecnología extranjera. La fabricación de los motores WS-19 dentro del país es un hito en su independencia militar.

A diferencia de cazas como el F-22, cuya producción se limitó a 187 unidades, el J-35A está diseñado para una producción en mayor escala, equilibrando calidad y cantidad dentro de la PLAAF y la PLANAF.

Su integración en ambas fuerzas lo convierte en un multiplicador de poder, permitiendo operaciones combinadas de defensa aérea y ataques estratégicos. Su flexibilidad lo hace adecuado para conflictos regionales y escenarios de largo alcance.

A medida que China expande su presencia militar en el Indo-Pacífico, el J-35A jugará un papel central en su estrategia de disuasión y proyección de poder. Su despliegue no solo modifica el equilibrio de fuerzas en la región, sino que también desafía el dominio aéreo de Occidente en el siglo XXI.

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