Tras tres partidos sin marcar y después de recibir muchas críticas por sus actuaciones ante el Betis y el Atlético de Madrid, Kylian Mbappé se reencontró con el gol ante el Rayo Vallecano. El francés, que ya suma 29 entre todas las competiciones en su primer curso como jugador del Real Madrid, celebró el tanto con una rabia que no le habíamos visto hasta ahora.
Señalándose a sí mismo, lanzando frases de reivindicación y con gestos llenos de efusividad, Mbappé parecía estar mandando un mensaje a todos los que le han puesto en duda en estas semanas. El delantero, que está más que acostumbrado a lidiar con las críticas y la presión, no parece estar muy contento con que sus actuaciones se miren con lupa y que no se le permita ni un mínimo bajón en una temporada en la que es el máximo goleador del equipo blanco con mucha diferencia.
Tras una exhibición ante el Manchester City en el Bernabéu marcándole un hat trick a los de Pep Guardiola para certificar el pase a los octavos de final de la Champions, Mbappé se quedó sin marcar ante el Girona y, posteriormente, la extracción de una muela le impidió estar en la ida de las semifinales de Copa del Rey ante la Real Sociedad.
Su vuelta ante el Betis no fue idílica. El delantero parecía acusar algún tipo de problema físico o mental que denotaba que no estaba ni mucho menos al 100%. También fue una sombra ante el Atlético de Madrid, aunque en este caso los blancos se vieron menos afectados y terminaron llevándose el partido.
No obstante, la preocupación con el futbolista estrella del equipo blanco era una evidencia. Ante el Rayo Vallecano, se volvió a ver a un Mbappé más participativo y eléctrico. Marcó un gol, pero pudo irse con varios más de estar más acertado de cara a puerta.
Decepción con el cambio
Al margen de su gol y la rabia que mostró en la celebración, el otro momento importante del partido se produjo en la recta final. Con algo más de 10 minutos para el final, Carlo Ancelotti decidió ser conservador y cambió a Kylian Mbappé para reforzar el centro del campo con Eduardo Camavinga.
Kylian Mbappé celebra el primer gol durante el partido de LaLiga EA Sports entre el Real Madrid y el Rayo Vallecano / AP Photo/Manu Fernandez
El rostro del francés al ser sustituido dejó en evidencia que no estaba contento con la decisión. Le dio la mano a Carlo Ancelotti, pero lo hizo con la cabeza agachada y sin mostrar ni un solo gesto de aprobación o felicidad a pesar de haber vuelto a marcar.
Hace solo 10 días, en el partido ante el Betis, el técnico italiano ya tomó la decisión de cambiar al francés a falta de 15 minutos para el final, a pesar de que en ese momento el Real Madrid estaba perdiendo. Aquel día, Ancelotti explicó que Mbappé no estaba al 100% por el problema de la muela y la falta de entrenamientos en los días previos.
Ayer, tras una nueva sustitución, el argumento fue otro: «Vinicius y Mbappé marcaron han marcado dos goles espectaculares y lo han hecho bien hasta el minuto 70. Cuando yo pienso que tengo que defender quito a los delanteros. Para mí no es un problema quitarle porque le he quitado minutos igual que a Rodrygo y eso le vendrá bien para el partido del miércoles».
Sea cual sea el motivo, parece que el francés está listo las veces que haga falta esta temporada y que el futbolista tímido que llegó en el inicio de temporada ya ha dado paso al Mbappé voraz del PSG y Francia.