Una sola semana en toda la temporada con el plantel completo disponible. Nada más. Seis días ha sido el máximo que ha estado vacía la enfermería del Hércules en el presente curso. Y aunque cueste ligar el carrusel de bajas a una causa general, lo cierto es que las molestias físicas están siendo un lastre a lo largo de toda la campaña que, visto lo visto, no hay forma de atajar. Rubén Torrecilla ocultó las incomparecencias en El Collao de Dani Romera y Antonio Aranda, que pueden perderse también la cita en el Real Madrid Castilla del viernes. Pero, sin duda, lo más preocupante ahora es el estado físico de Roger Colomina.
El centrocampista barcelonés, fundamental para el entrenador a todos los niveles posibles, no pudo acabar el derbi frente al Alcoyano. Un dolor agudo en el abductor le obligó a parar minutos después de haber firmado su primer gol en Primera RFEF con un disparo perfecto desde la frontal. Los dos hechos no están relacionados, en realidad la fuerte sobrecarga que sufre es fruto del enorme desgaste al que se está sometiendo como pilar básico en el equilibrio ataque-defensa del conjunto blanquiazul.
El catalán se somete este martes a una ecografía tras la jornada de descanso del lunes para decidir si debe quedarse fuera de la convocatoria este viernes frente al filial blanco, que visita el Rico Pérez a las 20:30 horas. Acudirá a Klinik PM y se perderá seguramente el entrenamiento programado por la tarde en Fontcalent. Pasar el examen radiológico con una alta probabilidad de tener que rebajar la carga en las sesiones siguientes a fin de aliviar por todos los medios a su alcance la tensión muscular que experimenta en el muslo derecho.
También está en cuestión la participación de Dani Romera y de Antonio Aranda. El delantero arrastra molestias en una zona muy delicada: el tendón de Aquiles. Eso le perjudica a la hora de correr, saltar y, por supuesto, de golpear la pelota, lo que explicaría su bajón de rendimiento de las últimas semanas. Los médicos desaconsejaron que jugara el derbi y Torrecilla optó por dejarlo fuera hasta del banquillo. Se ejercitará al margen de los demás con trabajo específico, así que todo apunta a que Agustín Coscia volverá a formar de inicio contra el equipo de Raúl González.
Antonio Aranda trata de no perder el balón en la banda tras la presión de su marcador. / LOF
El caso de Aranda se está complicando. El deseo del futbolista de participar, de ayudar al equipo (y al entrenador que propició su fichaje) le ha llevado a infiltrarse para rebajar el dolor que experimenta en la planta del pie cuando se calza las botas. Arrastra un edema óseo a la altura del dedo pulgar, justo debajo de la almohadilla natural que facilita el apoyo, que no resulta incapacitante, pero sí muy molesto a la hora de jugar al fútbol. Los pinchazos le permitían competir, pero no eliminaban un problema que requiere mucha paciencia y, básicamente, reposo absoluto hasta que se reabsorba el líquido liberado por la herida en el hueso que le provoca la inflamación.
Abraham del Moral está curado
El cuarto en discordia, Abraham del Moral, ya ha recibido por fin el alta médica definitiva, así que hoy se sumará al entrenamiento con sus compañeros y, si no se le vuelve a reproducir la brecha, estar disponible para participar en la cita liguera del viernes. Desde que los tacos de Ohemeng le rajaron la piel que recubre la rótula el pasado 25 de enero no ha podido volver a jugar. Los nueve puntos de sutura que necesitó para forzar la cicatrización se le reabrieron en un lance fortuito hace dos semanas, en un entrenamiento. Entonces se dictó para él reposo total hasta lograr que se cerrara definitivamente la herida, algo que ya ha ocurrido. Hoy será uno más. Esta semana, Rubén Torrecilla ha programado dos sesiones vespertinas antes del pulso vital frente al Castilla.