Cada año millones de aves mueren en todo el mundo a causa del impacto contra cristaleras, un problema creciente debido al creciente uso de este material en edificios e infraestructuras. Una barrera de cristal transparente o ventanales que reflejen el cielo o la vegetación circundante pueden ser trampas mortales para las aves, incapaces de percibir estos obstáculos.
En este sentido, las pistas de pádel están provocando auténticos estragos entre las aves. Solo en Cataluña se calcula que mueren cada año más de 24.000 pájaros, parte de ellos de especies protegidas y en vías de extinción, al estrellarse contra las paredes de cristal de estas instalaciones, según se denunció hace unas semanas en la feria mediterráneo de los pájaros, el Delta Birding Festival (DBF),
Solo en Cataluña se calcula que mueren cada año más de 24.000 pájaros, parte de ellos de especies protegidas y en vías de extinción
En la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO), las pistas de pádel se sitúan en una zona de gran riqueza de aves, en las inmediaciones de unas pequeñas lagunas, lo que convertía sus cristales en una trampa para numerosas especies.
Al pie de estas cristaleras, voluntarios de SEO/BirdLife detectaron ejemplares muertos de mirlo común, mosquitero común, golondrina común, curruca capirotada, carricero común, escribano triguero, martín pescador, abubilla o gallineta, entre otros.
Colocación de una red para evitar las colisiones con aves en las pistas de pádel de la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla. / UPO
La colaboración entre esta ONG, el CEI-Cambio y la Delegación del Campus Sostenible, en coordinación con el Vicerrectorado de Campus Saludable y Deporte, posibilitó la instalación en 2022 de un sistema de redes en los cristales de esas pistas.
Este método, diseñado por la Generalitat Valenciana y la Federación de Pádel de esa Comunidad, redujo a cero el número de aves muertas por colisión en las pistas de la UPO, a la vez que no interfiere con la práctica deportiva. En otros lugares se han instalado en las superficies acristaladas, también con notable éxito, tiras de vinilo o adhesivos con siluetas de aves rapaces.
Medidas correctoras y preventivas
El primer paso para frenar una amenaza es conocer su magnitud y por ello la ONG lanzó la campaña Aves y Cristales dirigida a mejorar el conocimiento sobre este tipo de colisiones en España, dimensionar la amenaza y sensibilizar sobre esta problemática a la sociedad en general y a los responsables de las infraestructuras, para adoptar medidas correctoras y preventivas.
En España no existen registros oficiales de aves colisionadas, pero el único estudio realizado sobre este asunto concluyó que puede ser una seria amenaza para las aves migratorias del Mediterráneo. En un estudio se registraron 193 aves muertas por colisión de 17 especies diferentes desde 2012 a 2015 en un único edificio de Tarragona.
Golondrina juvenil muestra al chocar cobtra la mampara de una pista de pádel en Andalucía. / Antonio Acosta
Pero no solo SEO/BirdLife y otros colectivos, como Ecologistas en Acción o GREFA, se han puesto manos a la obra. También lo ha hecho Antonio Vercher, Fiscal Coordinador de la Unidad de Medio Ambiente, quien remitió recientemente un oficio a los fiscales delegados de la red que dirige en el que los instaba a perseguir por la vía penal la muerte de aves al chocar contra los cristales que rodean las pistas de pádel, aprovechando la reforma del Código Penal aprobada el pasado mes de marzo, que amplía los supuestos de maltrato animal a los vertebrados silvestres.
Además, el Fiscal expone la conveniencia de que las administraciones competentes impulsen medidas para evitar o disminuir estas colisiones, y enumera diversas iniciativas ya existentes, tanto del ámbito privado como del público, para preservar la fauna. Estas iniciativas ponen de manifiesto la creciente concienciación sobre este problema.
El Fiscal resalta que, según estudios recientes, la mortandad de aves se produce en su mayor parte por el choque contra elementos acristalados como las paredes de las pistas de padel o las mamparas de protección acústica de las carreteras.
Exceso de luz artificial
El oficio de Vercher recuerda que un nuevo artículo del Código Penal contempla penas de entre 6 y 18 meses de prisión para quienes maltraten a un animal vertebrado silvestre –independientemente de si está o no protegido– si le provocan la muerte.
El ministerio público, que considera estos acristalamientos suponen «una seria amenaza para las biodiversidad«, admite la dificultad de perseguir este tipo de delitos, ya que «con frecuencia los restos son retirados por los servicios de limpieza, por encargados de las instalaciones o por depredadores naturales».
Un estudio realizado en Cantabria ha revelado la muerte de un mínimo de 75.000 aves al año por esa causa.
Un estudio realizado en Cantabria ha revelado la muerte de un mínimo de 75.000 aves al año por esa causa. Una de las primeras iniciativas para reducir la muerte de aves contra cristaleras en esa región la puso en marcha hace ya ocho años Universidad de Cantabria, a través de la oficina Ecocampus, en colaboración con SEO/BirdLife.
Adhesivos de aves rapaces en las cristaleras de una pista de pádel de Villanueva del Ariscal (Sevilla). / Ayuntamiento de Villanueva del Ariscal
Pero las pistas de pádel provocan aún más daños entre la avifauna. Así, el exceso de luz artificial que presentan la mayoría de ellas impacta negativamente en las aves, en especial en las migratorias.
El problema de la contaminación lumínica y su impacto fue el tema central del Día Mundial de las Aves Migratorias 2022, donde se llamó a atenuar las luces durante la noche.
La contaminación lumínica contribuye cada año a la muerte de millones de aves, tal y como ha denunciado la ONU. Entre sus impactos destacan que altera los patrones naturales de luz y oscuridad en los ecosistemas, y puede cambiar los patrones de migración, los comportamientos de búsqueda de alimento y la comunicación vocal. «Atraídas por la luz artificial en la noche, las aves migratorias se desorientan y pueden terminar dando vueltas en áreas iluminadas, con el consiguiente riesgo de agotamiento, depredación y colisión fatal con edificios», denuncia la ONU.
