El rendimiento de Mamardashvili está en el foco del valencianismo, consciente de que bajo palos tiene a uno de los mejores porteros del panorama internacional, pero que ha visto cómo en la presente temporada ha bajado su nivel desde que firmó por el Liverpool. Su deseo de permanecer un año más en Mestalla se está convirtiendo en un cóctel de luces y sombras, a caballo entre las grandes actuaciones que llevaron a un gigante de la Premier League a adquirir sus servicios y a los fallos que le han costado puntos a su equipo. Sadiq salvó los muebles contra el Valladolid, pero la cesión errónea del georgiano a Latasa en la primera parte, que acabó en el fondo de la red, generó la frustración y la rabia en una grada de Mestalla que no dudó en mostrar su descontento con pitos.
El desencanto, no obstante, no fue unánime, ya que un sector de la afición pretendió levantar su estado de ánimo con aplausos. Un gesto que levantó a un Mamardashvili que terminó la primera parte con síntomas de nerviosismo, pero que en el segundo tiempo se repuso a su flagrante error, precisamente, negándole a Latasa el gol en dos ocasiones: la primera, estirándose de manera felina para desviar a córner su remate de cabeza y cogiendo el esférico ante otro testarazo del ‘14’. Mamardashvili, de esta forma, minimizó los pitos y acabó contribuyendo en la consecución de tres puntos fundamentales.
Corberán también habló sobre el portero tras el duelo: «No tengo duda del gran nivel que tiene, está responsabilizado por el error que ha supuesto el empate. Valoro que ha sido capaz de hacer una grandísima segunda parte, de rehacerse, de transmitir seguridad al equipo, dominando el área. Me gusta los jugadores que se responsabilizan ante el error y se rehacen»