Santiago Abascal, presidente de Vox. EP
Desde la fundación de Vox, en diciembre de 2013, el partido de ultraderecha solo ha tenido tres presidentes. A Alejo Vidal-Quadras y José Luis González Quirós, que ocuparon la directiva de la formación durante solo unos meses, les sucedió el -hasta ahora- indiscutido líder de Vox: Santiago Abascal. El bilbaíno ha afianzado una presidencia práticamente inamovible, blindándose como líder y asegurándose un nucleo duro totalmente afín para garantizar su permanencia, eliminando, incluso, las primarias del partido. Hace unas semanas surgió un nuevo movimiento interno que, por primera vez, planta cara a Abascal.
Se trata del Movimiento Pro Refundación de Vox, formado por alrededor de un centenar de cargos y excargos del partido ultra, críticos con la Ejecutiva nacional. El pasado 22 de febrero tuvo lugar la ‘Declaración de Barajas‘, un documento que reivindica la refundación de Vox. El sector crítico del partido ha denunciado este sábado la «deriva autocrática» de Vox bajo el mando de Santiago Abascal, acusandole de ser una «máquina de picar carne en redes».
Los cargos críticos con la cúpula de la formación han publicado un manifiesto, firmado por la Mesa Pro Refundación en el que denuncian el «absoluto desprecio» de la directiva hacia su movimiento. En él también recuerdan que hace ya dos semanas que publicaron su declaración de intenciones, y señalan que, lejos de promover una reflexión tras la aprobación de la mencionada declaración, los críticos están siendo objeto de un «auténtico linchamiento en redes sociales» y sus reivindicaciones han provocado la burla de miembros de Vox, como el eurodiputado Jorge Buxadé.
Miembros de Vox acusan a Abascal de ser un líder con «pies de barro»
«Cuando se denuncia la deriva autocrática, las decisiones adoptadas al margen de los afiliados (…) solo se obtiene a cambio soberbia, insulto y silencio«, han lamentado. Asimismo, han hecho hincapié en que no son unos «despechados» ni «peperos» sino españoles que han depositado su confianza en un proyecto como es Vox y en el que sus actuales dirigentes «se han aprovechado de la gente para convertirlo en el presunto negocio de unos pocos».
En cuanto a Abascal, lo han descrito como un líder con «pies de barro» que cuenta con un grupo de «intereses en su entorno, una maquinaria de picar carne en redes y diversas manos agitando el fanatismo y los instintos más primarios». A pesar de ello, los críticos de la formación han manifestado que seguirán adelante «sumando adeptos por toda España» y han avisado de que continuarán en la «línea emprendida».
