La comunidad educativa de Orihuela Costa se siente engañada y hasta traicionada después de que en un consejo escolar se le haya comunicado que el tan demandado tercer colegio del litoral, el Número 20, no será un centro como tal, sino un mero aulario que funcionará como una extensión del CEIP Playas de Orihuela.
Lejos de ser una solución al colapso de los dos únicos centros que hay en la Costa, la apertura del llamado «Aulario nº 20 del CEIP Playas de Orihuela», a 5 kilómetros del centro original, supone «una sobrecarga insostenible para la dirección del CEIP Playas de Orihuela, que deberá gestionar ambas instalaciones sin equipo directivo adicional ni personal especializado en materias clave como inglés, música y educación física», apuntan fuentes de la comunidad educativa, que lamentan esta «grave situación», ya que esta decisión eleva a más de 950 alumnos en este colegio y evidencia «una alarmante falta de planificación y compromiso por parte de las autoridades».
Las mismas fuentes indican que tampoco se ha adjudicado el profesorado necesario para garantizar una educación de calidad, al mismo tiempo que manifiestan que las condiciones en las que se encuentra el aulario son «inaceptables», con un muro en mal estado, ausencia de papeleras, baños encharcados y un servicio de transporte escolar que aún no está operativo.
Interior de las instalaciones / Información
Todo ello, prosiguen, «pone en riesgo el bienestar y la seguridad del alumnado, mientras las autoridades no ofrecen respuestas concretas ni soluciones efectivas».
Familias de Orihuela Costa en Acción (FOCA) tambien ha criticado «la falta de compromiso de la Administración educativa», y ha exigido «medidas urgentes para garantizar una infraestructura digna y recursos adecuados para nuestros hijos».
«No permitiremos que la educación de nuestros niños sea relegada a un segundo plano», ha subrayado. Por ello, FOCA ha avanzado una manifestación «masiva» para hacer oír su voz y exigir respuestas inmediatas. «La educación de nuestros hijos no puede seguir siendo ignorada», ha concluido.
La Administración ha tomado esta medida después de que la dirección del nuevo centro, que se conformó a principios de este año, decidiera renunciar en bloque a gestionar el colegio.
Inicio del nuevo «aulario»
Mientras, persisten las dudas sobre el arranque del «aulario». Primero iba a ser el pasado mes de enero y después se pospuso a entre el 10 y el 20 de febrero, según avanzó el concejal de Educación, Vicente Pina, fecha que se relegó al próximo lunes y ahora se habla de después de Fallas.
Según el edil, abriría con 250 alumnos, a los que se irán incorporando las matriculaciones sobrevenidas -fuera de plazo- a lo largo del curso para ya en septiembre arrancar a pleno rendimiento ocupando toda su capacidad de 450 plazas de Infantil y Primaria.
Situado en la calle Níspero, en paralelo a la carretera que une el centro comercial de La Zenia y el campo de golf de Villamartín, tiene 18 aulas prefabricadas -o barracones- que están distribuidas en dos plantas, con ratios de entre 20 y 25 alumnos por clase, además de espacios complementarios como un aula de pedagogía terapéutica y otra de desarrollo lingüístico, biblioteca, sala de profesores y dependencias destinadas al equipo directivo.
Las obras se recepcionaron en diciembre y desde entonces se han ido equipando y ultimando detalles para que estuviera en funcionamiento a principios de 2025, aunque cuando se ordenó su creación en 2022 estaba previsto que comenzara su andadura primero en 2023 y después con el arranque del curso escolar este pasado septiembre. Esto provocó en junio protestas de la comunidad educativa e incluso la dimisión en bloque de la junta directiva del colegio Playas de Orihuela.

Protesta en junio por el tercer colegio / Unidos por la Costa
Conselleria adjudicó en abril de 2023 el montaje de las aulas por 1,2 millones de euros. Incluso, se llegó a fijar la apertura para septiembre de ese mismo año, y luego ha ido posponiéndose. La última fecha que avanzó el equipo de gobierno fue que se abriría el pasado mes de enero.
Este nuevo retraso, más la incertidumbre, está generado malestar entre las familias, ya que, además, estos 250 niños, ahora en Los Dolses o en Playas de Orihuela, tendrán que cambiarse al nuevo centro a mitad de curso en lugar de empezar de cero en septiembre. «Es como si hubieran cambiado de país dos veces en el mismo curso», dice uno de los afectados, en referencia a que muchos de los alumnos provienen de otros lugares.
Mientras, los otros dos centros públicos del litoral han agotado todo su espacio disponible para acoger más aulas y las ratios -número de alumnos por grupo- son las más elevadas de la Comunidad Valenciana junto con las de Torrevieja. En el caso del CEIP Los Dolses, con una capacidad para 400 alumnos, albergó hasta 710 en el curso 2023-2024, mientras que el CEIP Playas de Orihuela alcanzó los 795 estudiantes.
De hecho, Los Dolses espera una ampliación desde hace siete años, pese a tener una parcela de más de 20.000 metros cuadrados disponible en la zona.
Sin olvidar que ambos centros, además de ampliar para dar cabida a todas las aulas necesarias, precisan otros espacios extra para los numerosos alumnos que llegan sin conocimientos de español.
Más adelante, el plan es que este colegio se construya en ladrillo para lo que el Ayuntamiento cederá a la Generalitat un terreno de 11.139 metros cuadrados en la calle Limonero, en la urbanización La Cuerda.