El delito con el que algunos conductores ganan miles de euros: el artículo 390 del Código Penal recoge una pena de prisión de dos a cinco años

Algunos conductores en España han encontrado una manera ilegal de ganar miles de euros aprovechándose del sistema de sanciones de la Dirección General de Tráfico (DGT). Se trata de una práctica fraudulenta en la que, tras recibir una multa por exceso de velocidad, el titular del vehículo proporciona datos falsos a la DGT sobre quién conducía en el momento de la infracción.

Este método implica que una persona ajena al suceso asuma la sanción, evitando así la pérdida de puntos del carnet del verdadero infractor. En muchos casos, hay quienes se dedican a vender sus puntos en plataformas clandestinas a cambio de una compensación económica, lo que convierte esta actividad en un delito de falsedad documental, castigado por el Código Penal.


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¿Cómo funciona la venta de puntos del carnet?

El procedimiento es sencillo. Cuando un radar detecta una infracción, la DGT envía una notificación al propietario del vehículo, quien debe identificar al conductor responsable. Es en este punto donde algunos aprovechan para proporcionar los datos de otra persona con carnet de conducir, que no conducía en el momento de la infracción.

Este mercado negro ha encontrado su espacio en foros y plataformas de compraventa, donde individuos ofrecen asumir multas a cambio de una suma de dinero. Dependiendo del número de puntos que implique la sanción, el precio puede variar desde unos pocos cientos hasta varios miles de euros.

Lo que muchos desconocen es que esta práctica constituye un delito de falsedad documental. Según el artículo 390 del Código Penal, este tipo de fraude puede conllevar penas de prisión de dos a cinco años, además de elevadas multas y la posible inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas.

Las autoridades han intensificado la vigilancia sobre estos casos y, en los últimos años, se han desarticulado varias redes dedicadas a la venta de puntos. En algunas ocasiones, los infractores han sido descubiertos debido a contradicciones en las declaraciones o mediante investigaciones más exhaustivas por parte de la DGT y la Guardia Civil.

Desde la DGT han reiterado que la identificación falsa de conductores es un fraude que puede tener repercusiones penales y que no solo afecta a quienes compran y venden puntos, sino también al sistema de control de tráfico en su conjunto.

Las sanciones de tráfico están diseñadas para garantizar la seguridad vial y evitar reincidencias, por lo que este tipo de engaño supone un riesgo para todos los usuarios de la carretera. A quienes recurren a estas prácticas se les recomienda cumplir con las normas y asumir las consecuencias de sus infracciones, en lugar de arriesgarse a enfrentar penas de cárcel por tratar de eludir la pérdida de puntos.



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