Impactante. Con esta palabra bien se podrían resumir los poco más de 52 minutos de Sumisión química. El caso Gisèle Pelicot, el documental con el que Movistar+ acerca desde este martes el mediático proceso judicial que no solo conmocionó a Francia, sino a todo el mundo, y que sentó en el banquillo a Dominique Pelicot –y más de 50 «cómplices», como él mismo les llamaba, de entre 21 y 68 años– tras revelarse que durante casi diez años, desde 2011 hasta 2020, drogó a su mujer para, una vez en estado de inconsciencia, ofrecerla sexualmente a través de un sitio web de citas.
Dirigido por Linda Bendali, Sumisión química. El caso Gisèle Pelicot cuenta con el testimonio de Caroline Darian, hija de Dominique y Gisèle Pelicot, quien, tras presentarse como «la hija de un monstruo» y de «una víctima», cuenta cómo tuvo que hacer frente a la situación desde que «su mundo se desmoronó» cuando su madre le llamó la tarde del 2 de noviembre de 2020 para contarle que la Policía había descubierto lo que su padre había hecho durante años.
Fotograma de ‘Sumisión química. El caso Gisèle Pelicot’ / Movistar+
Sensibilización y concienciación sobre la sumisión química
La voz de Caroline Darian actúa de hilo conductor en un proyecto que no solo muestra la lucha colectiva que la propia Darian encabeza desde hace años para sensibilizar a la opinión pública sobre la sumisión química –cuestión que, a su juicio, se trata de un punto ciego a la hora de abordar la violencia sexual y todo un «fenómeno masivo» e, incluso, «sistémico» si se echa la vista atrás a la prensa de los últimos 30 años–, sino que trata de concienciar sobre ello por medio de otros cuatro casos igual de impactantes que el de Gisèle Pelicot.
Sus relatos son, en palabras de Darian, «historias de amnesia». Una elección de palabras para nada casual, y es que tal y como revela el documental, una de cada dos víctimas de sumisión química no recuerda nada. Es por este hecho que muchas de las personas que sufren esta realidad no terminan denunciando. Otras tantas acaban haciendo lo mismo por vergüenza. De ahí la importancia de que varias personas se abran en canal en Sumisión química. El caso Gisèle Pelicot para animar a otros a hacer lo propio al mismo tiempo que se reclaman medidas políticas concretas, una mejor formación de la Policía y la creación de un sistema de Justicia Penal. Aunque, como asegura Darian, «todavía queda mucho camino por recorrer».