Bescansa avisó de los problemas que daría Monedero y la visita del Papa Francisco abrió el primer cisma en Podemos

La exeurodiputada Lola Sánchez Caldentey se ha sincerado en una amplia entrevista concedida a una youtuber: cuenta que Carolina Bescansa se fue de Podemos harta de advertir del peligro que Juan Carlos Monedero suponía para las mujeres, detalla las constantes «puñaladas» de Echenique a Pablo Iglesias, y desvela que la visita del Papa Francisco al Parlamento Europeo abrió el primer cisma en la dirección del partido.

Sánchez Caldentey fue la primera exdirigente de Podemos que denunció públicamente las actitudes de acoso de Monedero hacia las mujeres. Ahora confirma lo que desde hace años era un secreto a voces en el partido, en una entrevista a la youtuber feminista Nuria Coronado, autora del libro No contaban con las madres.

Según relata, Bescansa se fue de Podemos «muy quemada», ya «no podía más», cansada de advertido de que Juan Carlos Monedero no podía ser una de las caras visibles del partido, porque ya se le conocía en la Complutense e iba a dar muchos «problemas».

No sólo por sus «comportamientos sexuales con las alumnas», explica Lola Sánchez, sino también por sus faltas de respeto y trato «avasallador» con las propias profesoras de la Facultad: «le gusta demostrar su poder» con las mujeres.

Tras advertir en vano de esta situación desde el mismo nacimiento de Podemos, la socióloga Carolina Bescansa se fue, decepcionada con la dirección del partido que entonces lideraba Pablo Iglesias: «Ha estado mucho tiempo muy dolida y afectada«.

Si todo el mundo conocía esta situación, ¿por qué ha tardado una década en salir a la luz? Lola Sánchez explica que las normas internas impuestas en Podemos eran propias de una «secta»: no contabas lo que sabías «por el bien del proyecto. Con ese mantra, se ha hecho daño a mucha gente». 

«Hemos sido víctimas, y en algunas cosas cómplices«, admite, «sobre todo del silencio. Pero el miedo es más fuerte».

Pese a estos avisos, la actual dirección de Podemos afirma que no tuvo conocimiento de las actitudes de acoso sexual de Monedero hacia las mujeres hasta septiembre de 2023. E incluso en ese momento, decidió apartar al profesor de los actos del partido, pero ocultó públicamente las denuncias planteadas contra él por dos mujeres.

Sánchez Caldentey fue eurodiputada de Podemos entre 2014 y 2019: compartió Grupo Parlamentario en Bruselas con Pablo Iglesias, Pablo Echenique y los anticapitalistas Teresa Rodríguez y Miguel Orbán.

Ya en aquella etapa inicial, explica, se sucedían las «puñadas» de Echenique a Pablo Iglesias, «quería quitarle el sitio» como líder del partido, «tuvieron una batalla campal».

«Tenías que posicionarte y elegir entre Echenique o Iglesias, eran enemigos a muerte«, recuerda la entonces eurodiputada, «de repente, el que era tu compañero interno se convertía en tu peor enemigo por ver quién controlaba Bruselas, o su territorio», en una sucesión de guerras internas con las que el partido se ha desagrado desde su fundación.

Pero esto no impidió que, junto a Juanma del Olmo, Echenique se convirtiera en uno de los chivatos del partido, encargado de anotar el nombre de los cargos públicos que olvidaban poner un tuit de apoyo a Pablo Iglesias, tras la polémica por la compra del chalé de Galapagar.

Como ha ocurrido ahora con Monedero y Errejón, Podemos cayó entonces en su eterna contradicción entre su discurso público y el comportamiento de sus dirigentes.

«Cuando pasa lo del chalé [de Galapagar]», relata Lola Sánchez, «todo el mundo se vio obligado a salir a defenderlo. Echenique y Juanma del Olmo estaba apuntando a ver quién no decía nada: tú has dicho esto, estás fuera. No has puesto un tuit de apoyo, ya verás la que te va a caer…»

Lola Sánchez explica la frustración que suponía verse inmersa en este permanente clima de guerra interna, durante su labor como eurodiputada: «De repente te ves metida en unas movidas que no sabes de dónde les vienen», afirma, «no sabes las zancadillas que me pusieron en el Parlamento Europeo, una detrás de otra. Yo decía: es que son mis enemigos».

«Quien más ha sufrido en Podemos», añade la exeurodiputada, «son las personas que más principios inamovibles tenían».

Porque las contradicciones internas fueron la constante desde el nacimiento del partido morado. Así ocurrió con la visita que el Papa Francisco realizó al Parlamento Europeo en noviembre de 2014, que provocó el primer cisma entre el grupo fundacional de Podemos.

Según explica, «tuvimos una reunión para decidir qué íbamos a hacer cuando entrara el Papa. Teresa Rodríguez dijo: cuando él entre, yo me voy, no quiero escuchar nada de esa persona».

«Me pareció una postura digna», añade Lola Sánchez, «pero yo dije: a mí tampoco me interesa escucharle, pero estoy aquí porque la gente me ha elegido. A mí este tío no me echa del Hemiciclo, el que no tiene que venir es él».

Finalmente, Pablo Iglesias impuso la decisión de que había que quedarse: «Hay que estar«.

Pues bien, relata Sánchez Caldentey, «entra el Papa Francisco. Teresa Rodríguez se va toda digna, y me quedo. El Papa termina de hablar y Pablo Iglesias se levanta a aplaudir como un loco, aplaudiendo en pie como una foca. Yo me dije: no sé a quién pretendes ganar con esto, pero no nos han votado para que aplaudamos al Papa».

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