Nunca se descartó la posibilidad de una moción de censura. Esa herramienta estaba sobre la mesa desde el principio, desde que se acabó la tregua política por la dana. Pero hasta ahora el PSPV-PSOE no la había querido acercar como una posibilidad real. Compromís sí. No los socialistas. Sin embargo, eso cambió este viernes, en un giro elocuente, materializado en muy pocas horas, y que chocaba con la posición mantenida hasta entonces. La moción de censura ya sí es una opción más próxima, pero antes de apretar ese botón Diana Morant, ministra de Ciencia de Pedro Sánchez y jefa del PSPV, quiere que Alberto Núñez Feijóo, el único que puede provocar la caída de Carlos Mazón si este sigue resistiendo, mueva ficha «en las próximas horas». Porque, de lo contrario, lo hará su formación.
En la dirección autonómica del partido reconocían este viernes que el escenario había cambiado, porque la situación es «cada día más insostenible», porque el president está tan achicharrado que «nada le puede resucitar», ni siquiera una moción de censura abocada a la derrota, porque no va a prosperar en ningún caso, ya que los números no pueden salir. El PP, con sus 40 escaños, puede aguantar a Mazón gracias a los 13 imprescindibles escaños de Vox. 53 en total, frente a los 46 que suman las izquierdas de PSPV (31) y Compromís (15). Será un gesto puramente «simbólico», pero que los socialistas ahora sí creen necesario plantear.
Pero la decisión no está tomada. Todavía no. Lo que este viernes hizo Morant en rueda de prensa desde la sede de la federación fue amenazar con activar la moción de censura contra Mazón. Primero recordó que «desde el primer momento» tras la tragedia del 29 de octubre, y «ante su indecencia», los socialistas valencianos reclamaron al PP que fuera él quien relevara al president, porque solo él puede hacerlo. «Si dependiera de nosotros, Mazón no sería presidente, pero el arco parlamentario es el que es», incidía, apuntando a esa realidad numérica, a la mayoría de PP y Vox en la Cámara. De hecho, ambos grupos votaron en contra de la reprobación del jefe del Consell la semana pasada. Así que «si no mueve ficha en las próximas horas, el PSPV moverá ficha». «Mazón está en manos de Feijóo y de su partido y es su partido el que no mueve ficha», rubricó.
Morant refrescó un momento que muchos en su partido han vuelto a traer a la memoria estos días. 2011. Cuando la dirección nacional del PP, Génova, entonces encabezada por Mariano Rajoy, forzó a través de Federico Trillo la caída del entonces president, Francisco Camps, por el caso Gürtel. «Hay precedentes en esta comunidad de un Partido Popular destituyendo a un president del PP», señalaba la ministra. La diferencia es que hace 14 años los conservadores disponían de mayoría absoluta en Les Corts y pudieron relevar rápidamente a Camps por Alberto Fabra. Ahora, dependen de la ultraderecha.
Preguntada Morant si descarta presentar una moción de censura contra Mazón, ella respondió rotunda que no. ¿Y se dirigiría a Vox para intentar recabar su apoyo? «En ningún caso». «Nosotros no hemos descartado la moción de censura —añadió poco después en Al rojo vivo (La Sexta)—, pero no depende de ello que Mazón se vaya. Quizás simbólicamente tengamos que retratarnos públicamente en una sesión parlamentaria».
El jueves por la tarde, la líder del PSPV había reunido a su núcleo duro y, al término, los dirigentes no vislumbraban un cambio de posición. El mensaje, como contaba este diario, seguía siendo el mismo: no se descarta «nunca nada», tampoco la moción de censura, pero no era la prioridad para el partido. La presión debía estar en el president para que dimita y en Feijóo para que «lo eche». Convenía no malgastar el cartucho de la censura, había que administrarlo bien, sobre todo porque ni ahora ni más adelante dan los números.
Ya en la mañana del viernes, Morant decidió dar un paso al frente, y lo verbalizó en la rueda de prensa en la que presentó el plan de trabajo de los socialistas en la comisión de investigación de la dana en Les Corts. Ante los periodistas, abrió de par en par las puertas a la moción de censura. Después, se reunió con alcaldes y portavoces municipales de su partido de las localidades afectadas por la riada del 29 de octubre y recabó su respaldo. «Cierre de filas» con la decisión de la secretaria general, como resumía a este periódico uno de los regidores convocados.
El PSPV entra en una nueva fase. Todos los cuadros consultados insisten en que no hay ninguna decisión tomada y tampoco se adoptará de forma inminente. Para empezar, no habrá novedades durante el fin de semana —también se quiere dejar que se celebren, este domingo, las primarias por la secretaría provincial en Valencia y Castellón—, y lo previsible es que, antes de solemnizar cualquier paso, Morant reúna a su ejecutiva, totalmente afín.
En el equipo de la secretaria general señalan que hay varios elementos que explican el giro. Primero, el cariz de la investigación judicial que pilota la magistrada Nuria Ruiz Tobarra, titular del juzgado 3 de Catarroja, que va estrechando el cerco sobre la Generalitat, que ha insistido en la «competencia autonómica» en la gestión de la dana —no del Gobierno central—, que quiere saber qué hay detrás de la «palmaria ausencia» de alertas a la población y que ha repetido que las muertes (fueron 224, y hay tres desaparecidos) pudieron evitarse. En su último auto conocido, ha pedido al Consell de Mazón que le responda si hubo «algún receso» en la reunión del Cecopi —el Centro de Emergencias de L’Eliana— y ha reclamado a la Guardia Civil una cronología sobre la riada. El president, con el evidente deseo de librarse de la responsabilidad penal, ha señalado ahora, cuatro meses después de la tragedia, que él no llegó al Cecopi hasta las 20.28, 17 minutos después de lanzado el mensaje masivo a los móviles a través del sistema Es-Alert. Pero hasta ahora habían sostenido su equipo y él que se había unido a la reunión liderada por la ya exconsellera Salomé Pradas pasadas las siete de la tarde. Los cambios de versión y las contradicciones en el relato de Mazón han sido constantes.
No hubo más novedades judiciales en las últimas horas, pero sí se conocieron, primero a través de El País, los whatsapps que el jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, escribió a sus compañeros desde el Cecopi, al que él asistió telemáticamente. «No saben ahora mismo ni cómo está la situación», escribió gráficamente a las 19.28. Núñez, en entrevistas a varios medios este viernes, resaltó que «había indicios suficientes de que la situación era muy grave» ya en la mañana del 29 de octubre. A su juicio, la reunión del Cecopi «se tenía que haber convocado antes, por la mañana, no había nada que impidiese convocarla». Pero Pradas citó a sus miembros para las 17. La alerta tardó más de tres horas en llegar a los móviles.
«Es que cada cosa que se ve es peor, y Mazón es insostenible. Cada mentira es peor a la anterior», justifica una responsable de la dirección del PSPV muy próxima a la líder. En la conciencia del partido también ha pesado la nueva manifestación contra el president de este 1 de marzo, cuando se cumplen cuatro meses de la catástrofe, y a la que el PSPV ya se incorporará de manera formal, no solo a título individual. «La presión hace nosotros está desde el primer día, pero las cosas hay que hacerlas con cabeza, no a la ligera, y hay que recoger el sentir de muchas personas», apunta otro alto cargo de la cúpula autonómica.
En el estado mayor del PSPV ya decían que la situación es «cambiante», «muy volátil», y bajo esas coordenadas había que entender el volantazo de este viernes, no porque el partido dispusiera de nueva información, porque aunque ya la jueza ha admitido su personación en la causa, esta no se ha podido formalizar porque queda aún el pago de la fianza de 6.000 euros, y se hará la próxima semana. «Ha aumentado la presión contra Mazón, y lo que decimos primero es que aquí quien puede solucionarlo es Feijóo, y por eso le pedimos que mueva ficha, y si no tomaremos medidas», explica el último mando citado.