Unos niños de un instituto de Castellón llevaban tiempo preocupados por el impacto de incendios en su zona, así que empezaron a recopilar imágenes de la región captadas desde el espacio para entender la magnitud del problema y, sobre todo, proponer soluciones. En Austria, un equipo de escolares hizo lo mismo para estudiar cómo el aumento global de las temperaturas estaba secando sus lagos. Y en Bélgica, inspirados por la misma filosofía, un grupito de niños se empeñó en calcular cuántos paneles solares necesitaría su colegio para funcionar con energía verde. Con estos proyectos, los estudiantes lograron ponerse el gorro de “detectives por el clima” y, así, participar en uno de los nuevos proyectos de la Agencia Espacial Europea (ESA) para entender la crisis climática desde el espacio.
“A los niños les preocupa mucho la crisis climática porque es algo que ven a su alrededor y, por eso mismo, son los primeros que quieren entender más sobre qué está pasando y pensar en soluciones que ayuden a mitigar este problema”, explica Manuel González García, mánager de la Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial en España (ESERO), entidad que está impulsando esta iniciativa en toda Europa. En los últimos años, explica, cientos de institutos de todo el continente se han sumado a la causa y han presentado «proyectos de lo más creativos». En la actual convocatoria, que se cierra principios de abril, ya hay más de 50 solicitudes enviadas desde escuelas de toda España. Aunque todo apunta a que esta cifra irá a más.
En la convocatoria de este año, que finaliza en abril, ya se han presentado más de 50 proyectos de institutos españoles
La dinámica de la actividad es sencilla. Los estudiantes forman equipos y eligen ellos mismos un problema climático que observan a su alrededor. Una vez seleccionado un tema de estudio, su trabajo consiste en recopilar datos ofrecidos, por ejemplos, por los satélites europeos o programas como el Servicio de Cambio Climático Copernicus. A partir de allí, los grupos se centran en analizar toda esta información, entender mejor el problema y estudiar posibles soluciones. Una vez finalizada la investigación, los trabajos se envían a las oficinas de “Detectives por el clima” y los mejores se comparten en la plataforma del proyecto. Una vez al año también se organiza un gran evento en Italia donde un instituto de cada país presenta sus hallazgos.
Enfoque educativo
«Los estudiantes se lo toman muy en serio y hacen proyectos de investigación realmente espectaculares», afirma González García, uno de los impulsores de este proyecto en España. En Sevilla, por ejemplo, un grupo de alumnos recopiló más de diez años de datos de la estación meteorológica instalada en el tejado de su instituto para entender mejor cómo había cambiado el clima en su ciudad y cómo los extremos de calor se estaban haciendo cada vez más frecuentes. El análisis elaborado por los propios estudiantes permitió demostrar que la temperatura con la que convivían los escolares había aumentado 1,05 grados en la última década, que los registros de calor son cada vez más extremos y que las precipitaciones están a la baja.
«En tiempos tan marcados por la desinformación es importante impulsar programas que permitan a los niños entender por sus propios medios el cambio climático»
«En tiempos tan marcados por la desinformación y el negacionismo es muy importante impulsar programas que permitan a los niños entender por sus propios medios cómo se refleja el cambio climático en sus vidas. Nuestro objetivo no es darles información, sino herramientas para que sean ellos mismos los que investiguen sobre esta cuestión y entiendan la magnitud del problema», reflexiona González García, mientras invita a los alumnos de toda España a ponerse el gorro de «detectives por el clima» y participar en esta iniciativa.