«Esta aventura empezó hace 13 años en la cocina de nuestra madre. Ahora, en el mundo del cross training, te encuentras Picsil hasta en la sopa». Así resume los orígenes de la empresa Jesús Miguel Silva Picón, quien, junto a su hermano Pablo, fundó Picsil en 2012 desde su pueblo natal, Cintruénigo (Comunidad Foral de Navarra). Ahora, el negocio, especializado en ropa y material deportivo para el entrenamiento funcional, se prepara para dar el salto y abrir su primera tienda física en la capital. Vende en más de 60 países, emplea a un equipo de 40 personas y prevé cerrar 2024 con una facturación de 16 millones, los que supone un crecimiento del 60% respecto al año anterior. Echando la vista atrás, Jesús Miguel reconoce el esfuerzo y trabajo que ha dedicado para estar «en la cresta de la ola» desde el principio.
Hace una década, el boom del crossfit en Europa apenas comenzaba a fraguarse, y España contaba con tan solo diez boxes (gimnasios en la jerga crossfitera). En uno de ellos, ubicado en Cintruénigo, fue donde se apuntó el primo de los hermanos Silva. Tras «destrozarse las manos durante los entrenamientos», les pidió ayuda para importar calleras por internet: unas protecciones para las palmas de las manos, hechas de tela o cuero, que evitan ampollas. Así empezaron a venderlas boca a boca: las pedían hasta en Pakistán y, aunque tardaban un mes en llegar, se agotaban en una semana. «Eran de una calidad espantosa», recuerda el cofundador. Por eso, al cabo de unos meses, comenzaron a fabricarlas ellos mismos en la encimera de su cocina. Tuvieron un gran recibimiento y decidieron abrir un e-commerce para distribuir Picsil en Amazon. El resto es historia.
-Y… ¿por qué Picsil?
-Jajaja, son nuestros apellidos: (Pic)ón y (Sil)va.
El cross training, también conocido como entrenamiento cruzado o funcional, nació en Estados Unidos de la mano del californiano Greg Glassman. Originalmente, el programa deportivo se creó para entrenar a policías, bomberos y militares, hasta que, en el año 2000, Glassman patentó la marca CrossFit Inc. y abrió el primer box en Seattle. Tuvieron que pasar seis años hasta la apertura del primer gimnasio en España, que abrió en 2008 en Zaragoza. Desde entonces, se han registrado más de 700 boxes CrossFit por todo el país. «Es una actividad donde socializas, forjas amistades y ves resultados en muy pocos meses. Es parte del éxito de este deporte», cuenta Silva.
Nativo digital
Picsil apostó por las redes sociales y la creación de una comunidad para expandir su cuota de mercado, que actualmente cuenta con 90.000 seguidores en Instagram. «La cercanía con los distribuidores y atletas es fundamental. Eso solo se consigue estando en los mejores eventos y conociendo cara a cara a los deportistas», explica el cofundador. Así han aumentado su presencia hasta conseguir más de 600 distribuidores repartido por todo el mundo. En su equipo cuentan con deportistas reconocidos mundialmente, como Björgvin Karl Guðmundsson (Islandia), Samantha Briggs (Reino Unido), Adrian Mundwiler (Suiza), Gabriela Migala (Polonia) o Juliana Kato (Brasil). Además, tienen un contrato con Decathlon para vender en 173 tiendas físicas en España, Francia e Italia. Este año abrirán su primera tienda física en el centro de Madrid y esperan incluir una segunda a finales de año en Barcelona.
Como toda comunidad, Picsil también necesita un punto de reunión. Es ahí donde entran en juego los eventos y competiciones organizados bajo su marca. La última, conocida como The Picsil Showdown 2025, reunió en el Navarra Arena, entre el 7 y el 9 de febrero, a más de 900 atletas de 23 nacionalidades, que compitieron tanto a nivel individual como en equipos. El acto contó con figuras de renombre internacional como el español Aniol Ekai, Jelle Hoste y Noortje Bleecker.
Sin dejar a un lado sus raíces, para Picsil el futuro es global. «Ya estamos afianzados en el Viejo Continente, queremos crecer en Estados Unidos, México, Brasil y los Emiratos Árabes«, avanza Silva. Ahora, el foco está puesto en la diversificación. El año pasado lanzaron Seamless, una colección de ropa deportiva para mujeres, y este año se atrevieron con Kombat, una línea de accesorios y ropa para artes marciales.
Otro de sus pilares es la innovación. «Por ejemplo, sacamos al mercado la primera cuerda para saltar con sistema de pesos ajustables y diseño optimizado para el entrenamiento de combate». Además, también están trabajando en productos tecnológicos conectados a aplicaciones que mejoren el rendimiento físico mediante inteligencia artificial (IA). «¡No puedo contar más…!», exclama el fundador.
De esta forma, la marca espera hacer frente a su principal competidor, Velites Sport, otra empresa navarra que se abrió al mercado en julio de 2015, especializándose en combas de combate. En 2024, Velites espera facturar 10 millones de euros, donde el 80% de sus ventas provienen de exportaciones.