Los ladrones del vino del restaurante Atrio tienen futuro. Ella, Priscila Lara, que fuera miss en México, ya está en libertad y en su país, «descansando» tras pasar dos años en la cárcel. Él, Constantin Dumitru, saldrá de prisión en menos de dos años. Las 45 botellas de vino que robaron en el restaurante de Cáceres no han aparecido. Su valor en el mercado, según la sentencia del Tribunal Supremo que los condenó a cuatro años y medio de prisión, alcanza los 1,6 millones de euros.
Desde finales del pasado año, ambos tienen, además, una oferta de una productora de Hollywood para hacer una película con su historia, según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.
Oferta por escrito
Juan José Collado, abogado de ambos, confirma la oferta, que recibió por escrito y que consiste en que los dos ladrones cedan los derechos de la historia de sus vidas y su robo a cambio de recibir una cantidad económica fija, «más un porcentaje de los ingresos en taquilla«. Se trataría de una película interpretada por actores y actrices profesionales en la que los ladrones reales no saldrían en pantalla.
True crime
Esta oferta hollywodiense se une a otra que ambos ya tienen para rodar un documental o true crime sobre el robo, cometido en octubre de 2021, en el que ambos sí participarían físicamente. En este caso, la propuesta económica a los ladrones del Atrio es para rodar cinco capítulos que luego se emitirían en una conocida plataforma audiovisual y en los que ellos mismos explicarán su versión de la historia.
El ladrón de vinos saluda a su abogado, Juan José Collado, cuando disfrutaba de su primer permiso de salida de la cárcel de Cáceres. / Carlos Gil
Para Priscila, ex miss mejicana y con estudios de Arte Dramático, no sería la primera experiencia de ese tipo. La vida laboral de Constantin Dumitru en España ha sido más heterodoxa: fue limpiador de cristales en rascacielos y acabó encarcelado en una trama de falsificación de moneda. Pasó dos años en prisión preventiva mientras llegaba el juicio. Fue absuelto y salió en libertad.
Poco después empezó a cometer robos en tiendas de lujo y hasta un duty free de un aeropuerto suizo, como una botella de whisky de más de 5.000 euros, algún bolso de lujo para su pareja y especialmente botellas de vino, sobre todo de Romanée-Conti, un tinto borgoña del que años después se llevó 38 botellas (de 19.900 euros cada una) de la bodega del Atrio.
En México
El abogado Juan José Collado ya logró el pasado mes de septiembre que Guevara consiguiera la libertad y fuera expulsada a México tras haber pasado dos años en prisión. Intentó lo mismo con Dumitru, nacido en Rumanía y también con nacionalidad holandesa, pero no lo consiguió, por ser ciudadano de la UE.
Solo entonces los dos ladrones separaron sus caminos. Se habían conocido, según su entorno, en una playa de Barcelona en el año 2017. Tras el robo emprendieron la huida por varios países de Europa y en julio de 2022 fueron finalmente detenidos en una localidad de Croacia cerca de la frontera con Montenegro, sin las 45 botellas robadas y casi sin dinero en su poder.
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Imagen de la espectacular bodega del restaurante Atrio, el lugar del robo en octubre de 2021. / ATRIO
Condenados a cuatro años y medio de prisión cada uno, fueron internados en la cárcel de Cáceres. Allí siguieron siendo pareja y mantuvieron los encuentros íntimos o vis a vis a los que tenían derecho. Él trabajó en el economato de la prisión y ella hizo un curso de peluquería. Para poder verse más dentro de la cárcel, se apuntaron a actividades comunes, como un taller de ajedrez.
Un permiso accidentado
El pasado verano, Dumitru consiguió su primer permiso de salida de la cárcel. Viajó a Madrid, donde concedió una entrevista al diario El País pero «se olvidó» de firmar cada día hasta regresar a prisión como le obligaba el permiso penitenciario. A su regreso a la cárcel de Cáceres, recuerda su abogado, se encontró en un pasillo de la cárcel con su pareja a la que entregó un recorte de la entrevista. Fue sancionado entonces con privación de patio. No ha vuelto a tener más permisos.
Ahora acaba de ser trasladado a la prisión de Estremera (Madrid). Allí su letrado seguirá pidiendo para él permisos de salida y el tercer grado. Para lograr esto último, debe haber cumplido más de la mitad de la condena y tener una oferta de trabajo. Ya tiene dos.
No hay botellas
Mientras tanto, el destino de las botellas robadas en Atrio sigue siendo un misterio. La Policía investigó una confidencia en la que se mencionaba a unos millonarios rusos que se habrían hecho con la mayor parte del vino. La hipótesis es que Constantin Dumitru podría haberse guardado la más cara, un Chateau d’Yquem de 1806 valorado en un millón de euros, como un «plan de pensiones» para cuando salga de la prisión. No le falta mucho.