El mantenimiento adecuado de los electrodomésticos, como la lavadora y la secadora, es clave para garantizar su eficiencia y prolongar su vida útil. Si bien el proceso de lavar ropa puede parecer sencillo, existen varios errores comunes que pueden afectar tanto la calidad del lavado como el rendimiento de los aparatos.

Demasiado detergente y la separación de la ropa

Uno de los errores más frecuentes es el uso excesivo de detergente. Aunque muchas personas creen que más detergente asegura una ropa más limpia, en realidad, el exceso de espuma no se elimina por completo durante el enjuague, dejando residuos que atraen más suciedad, polvo y bacterias. Para evitar este problema, es importante seguir las recomendaciones de dosificación que indican las etiquetas de los productos, adaptando la cantidad de detergente al tamaño de cada carga.

Otro aspecto importante es la clasificación adecuada de la ropa antes de lavarla. No solo es esencial separar los colores claros de los oscuros, sino también tener en cuenta el tipo de tela. Las prendas más pesadas, como los vaqueros, deben lavarse por separado de las más delicadas, como blusas o camisas finas, para evitar que se desgasten o dañen durante el lavado. Además, clasificar la ropa por tipo de tejido facilita un secado más uniforme, ya que los artículos voluminosos, como las toallas, tardan más en secarse que las prendas ligeras.

El mantenimiento de la lavadora

La limpieza regular de la lavadora es otro factor clave para mantener su buen estado. Con el tiempo, los residuos de detergente, la suciedad de la ropa y el moho pueden acumularse en la máquina. Para evitarlo, es recomendable ejecutar el ciclo de autolimpieza o hacer un ciclo vacío con agua caliente y vinagre, que ayuda a eliminar los depósitos. También es esencial limpiar las juntas de goma y la tapa, que pueden retener humedad y bacterias, lo que podría generar malos olores en la ropa.

La pelusa de la secadora

En el caso de la secadora, la acumulación de pelusa es un riesgo que no debe pasarse por alto. No solo puede reducir la eficiencia del aparato, sino que, si se acumula en exceso, puede representar un peligro de incendio. Después de cada carga, es fundamental retirar la pelusa del filtro y limpiar la cavidad que lo alberga. Además, se recomienda inspeccionar el conducto de aire al menos una vez al año para asegurarse de que no esté obstruido.

Deja la puerta abierta tras un lavado

Finalmente, para evitar la formación de moho y malos olores en las lavadoras de carga frontal, es importante dejar la puerta abierta después de cada ciclo de lavado. Esto permite que la humedad se evapore y evita la proliferación de bacterias. Limpiar las superficies con un paño seco también acelera este proceso.

Cuidar adecuadamente la lavadora y la secadora no solo mejora la calidad del lavado y el secado, sino que también ayuda a evitar reparaciones costosas y a prolongar la vida útil de estos electrodomésticos esenciales en el hogar.

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