El escándalo vuelve a salpicar a Podemos, que trata de evitar un ‘efecto Errejon’ a toda costa. Esta semana salían a la luz múltiples acusaciones de violencia sexual contra Juan Carlos Monedero, uno de sus fundadores. La Universidad Complutense (UCM) informaba que se encuentra investigando al expolítico por una denuncia de acoso sexual y, acto seguido, se conocía que la formación morada recibió otras dos denuncias por presuntos comportamientos inapropiados con mujeres en entornos del partido en septiembre de 2023. De nuevo, ese ‘ya se sabía y no se hizo nada’ que tanto ha chirriado en el caso Errejón. Este viernes, Ana Rosa Quintana utilizaba el silencio de Podemos como arma política.
«Ser o no ser, ser feminista en público y machirulo en privado. Esa es la cuestión eso eran las nuevas masculinidades. Monedero decía en publico que a los acosadores ser les echa del partido. Ahora nos enteramos de que el fundador del partido tiene 3 denuncias por acoso y violencia sexual», arrancaba la presentadora en su editorial mañanero.
Quintana apodaba a Monedero como «el doctor Jekyll en público y Mr Hyde en privado» y señalaba que «debe ser agotador ese desdoblamiento moral de la personalidad, esa disociación entre el político y la persona». De esta manera, hacía referencia a las palabras de Íñigo Errejón, quien en el comunicado con el que decía adiós a su vida política, apuntaba a una «contradicción entre la persona y el personaje».
«La Complutense investiga la denuncia de una alumna y Podemos recibió dos en septiembre de 2023. La primera denuncia se trasladó al partido el 12 de septiembre de 2023. El 14 de septiembre Monedero anuncia que deja la fundación del partido y año y medio después nos enteramos de que le había echado en silencio. Es más, la ministra de Igualdad, Irene Montero, le invitó 4 días después a un mitin en primera fila a un acto llamado ‘Con vosotras Podemos’ que podría haberse llamado ‘Podemos con vosotras’ porque el punto violeta se convirtió en un agujero negro que se tragó las denuncias«, añadía, atizando el silencio de la formación morada, que ya conoció en 2016 que una militante del partido había sufrido un “episodio grave” con Monedero.
«Ese mismo mes Podemos recibió otra denuncia y el punto violeta también dio la callada por respuesta. Silencio. Donde no se callaron fue en redes, el mismo día en que Monedero anuncia su marcha, Ione Belarra le agradece su magnífica militancia. La exdelegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, escribe: ‘Gracias por tanto’. Monedero sigue cuatro meses más en la televisión de Pablo Iglesias que lo acaba echando por su acercamiento a Yolanda Díaz. El día que lo despide, Pablo Iglesias escribe: ‘Gracias por todo, amigo’. Y ahí sigue, silencio».
Para terminar su editorial, Quintana asestaba un último golpe: «Uno de los lemas de Podemos era ‘hay que romper el silencio porque tu silencio no te protegerá’ y aquí protegieron a Monedero con silencio. En Podemos no se aplicó la Ley del solo sí es sí, se aplicó la ley del silencio».